Cinco cajas rurales catalanas estudian la creación de la Caixa Rural de Catalunya
Cinco cajas rurales catalanas, que en conjunto totalizan unos depósitos próximos a los 30.000 millones de pesetas y unos recursos propios de unos 2.400 millones de pesetas, han acordado iniciar los trámites necesarios para su fusión y la constitución de la Caixa Rural de Catalunya. El proyecto goza del visto bueno de las autoridades autonómicas y, está pendiente de su aprobación por el Banco de Crédito Agrícola y el Banco de España. La Caixa Rural de Catalunya actuaría dentro del consorcio cajas rurales-Banco de Crédito Agrícola, según manifestó Salvador Ortiz Escudé, secretario de la Caixa Rural de Lleida, uno de los principales impulsores de la propuesta.Los recursos propios y ajenos de las cinco entidades que participan en el proyecto son Caixa Rural Provincial de Lleida (810 y 9.279 millones de pesetas, respectivamente), Caixa Rural Provincial de Girona (705 y 8.689), Caixa Rural Provincial de Barcelona (667 y 7.445), Caixa Rural del Pirineo (171 y 2.652) y Caixa Rural de Almenar (45 y 454 millones).
Las cajas rurales de Barcelona y Lleida forman parte del grupo de 64 entidades que constituyó un consorcio con el Banco de Crédito Agrícola en 1984. Las cajas rurales de Gerona y del Pirineo entregaron recientemente la documentación al citado banco oficial para conseguir las ayudas necesarias para su saneamiento y reflotación. En este sentido, la consecución de la autorización para la fusión, por parte del Banco de Crédito Agrícola, que preside José Barea, constituye el primer objetivo de las entidades.
La Caixa Rural de Catalunya contaría con un total de 114 oficinas en las provincias de Barcelona, Gerona y Lérida. En Tarragona no contaría en un principio con instalaciones, debido a la absorción de la Caja Rural de Reus por la Caja de Madrid. Después de la fusión se solicitará una oficina en esa zona.
Además de las cinco entidades citadas, existe la posibilidad, aunque más remota, de que se incorporasen al grupo la Caja Rural del Penedés-Garraf y la Caixa Rural de Castelldans. Las otras cajas rurales catalanas no están interesadas en la fusión, por actuar en marcos muy distintos, al depender fundamentalmente de las cooperativas con las que trabajan. Este es el caso de las cooperativas de Guissona, Cooperativa Provincial Avícola Ganadera (Copaga) y la Cooperativa del Segre-Cinca.
Los promotores de la nueva caja procuran sintonizar con los criterios diseñados por las autoridades monetarias, tendentes a unificar las entidades con objeto de sanear sus patrimonios.
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