El Primero de Mayo
La fiesta del centenario de los hechos de Chicago, que, por cierto, no se celebra en Estados Unidos, registró en nuestro país unas bajas cifras de participación en los más de trescientos actos programados por las centrales sindicales, quedando patente una vez más la crisis sindical española. A través de los parlamentos y manifiestos que pronunciaron los líderes sindicales se reflejó esta preocupación, al tiempo que no pudieron sustraerse de las respectivas influencias políticas, a pesar de las promesas hechas en sentido contrario en la vigilia del Primero de Mayo. Tanto en los mítines organizados por la UGT como en las manifestaciones convocadas por CC OO latió la preocupación por los próximos comicios: los socialistas, con el temor de perder su mayoría parlamentaria, y las fuerzas a la izquierda del PSOE, apurando hasta el final la posibilidad para consolidar la plataforma de la Izquierda Unida en Madrid, así como la coalición PSUC-Entesa-PCC en Cataluña. ( ... )Por otra parte, CC OO, que ve puesta en peligro su prepotencia, estimula a los sindicatos minoritarios a la unidad sindical, a la vez que hace proselitismo sobre nuevos colectivos como, por ejemplo, el de los extranjeros. Por el momento, las centrales minoritarias, aunque con ciertas cautelas, pues "hay ofensas que se perdonan pero no se olvidan", han aceptado la unidad sindical como última medida para conseguir su supervivencia. El tiempo y las elecciones sindicales previstas para finales de este año nos dirán quién tiene la razón.
2 de mayo
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