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CONMEMORACIÓN DEL PRIMERO DE MAYO

Manifestaciones en Francia, o el signo de la división sindical

Las manifestaciones del Primero de Mayo se celebraron ayer en Francia bajo el signo de la división sindical. Las tres mayores organizaciones obreras organizaron separadamente sus actos.

La Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato mayoritario, de influencia comunista, eligió como punto de concentración la plaza de la Bastilla. Fuerza Obrera (FO) convocó en la mañana de ayer una concentración en el noroeste de París, también con la misma plaza como punto de partida para la marcha de sus sinmpatizantes. La Confederación Francesa Democrática de Trabajadores realizó diversos actos simbólicos y una concentración de protesta ante la Embajada de Suráfrica.

Los sindicatos franceses, además de la disidencia, celebraron la conmemoración del centenario del día de los trabajadores bajo el signo de la crisis. El movimiento sindical francés, uno de los más poderosos de los países occidentales, ha sufrido Úna fuerte crisis de afiliación en los últimos años. La CGT ha visto descender en una decacía el número de sus afiliados, de más de cuatro millones a 1,5 millones de miembros. La CFDT cuenta con unos 600.000, 400.000 menos que hace 10 años, mientras que Fuerza Obrera tiene poco más o menos un millón de trabajadores inscritos. Este último sindicato tuvo sus orígenes en una escisión de la CGT.

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Cambio en Portugal

En Portugal, las ya tradicionales manifestaciones estuvieron marcadas por el signo de la rutina, cada vez más lejos de las multitudinarias y reivindicativas celebraciones que se iniciaron con la explosión de 1974, cuando más de un millón de personas salieron a las calles de Lisboa a celebrar "el primer día del trabajador en libertad", informa Nicole Guardiola.

La normalidad democrática ha privado de efervescencia a esta fecha, aunque 12 años después del fin de la dictadura son evidentes los vientos de cambio que parecen soplar en el movimiento sindical. La ruptura sindical entre socialistas y comunistas se consumó precisamente durante las manifestaciones del Primero de Mayo de 1975, cuando los comunistas impidieron al entonces secrétario general del Partido Socialista, Mario Soares, encabezar la marcha.

El enfrentamiento entre el sindicato comunista CGT-Intersindical y la UGT socialista no ha hecho sino crecer desde entonces. La integración de Portugal en la Comunidad Europea, los cambios políticos y, sobre todo, la pérdida de capacidad de movilización del movimiento sindical luso ha provocado en los últimos meses una evolución en las posiciones de las dos centrales.

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