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El Zaragoza aprovecha lo que otros desprecian

El Zaragoza que acude mañana, en el Manzanares, a la final de Copa, representa el triunfo de la buena administración. Pese a haber traspasado, o perdido por errores de despecho, a sus mejores jugadores en- muy pocos años -Salva, Víctor, Valdano, Pichi Alonso y Amarilla-, se mantiene en un alto nivel. Su secretario técnico, Antonio Chaves, ha sabido aprovechar lo que otros desperdiciaban: Cedrún, Herrera, Señor, Barbas, Fraile, García Cortés, Casuco, Pineda ... Chaves lo explica con sencillez: "No tenemos dinero y por eso no queda otra opción que discurrir mucho. La contratación de Rubén Sosa [65 millones de pesetas] es sólo la excepción y debido a que acabábamos de ingresar mucho más por la venta de Barbas al Lecce".

De Arrúa a Señor, el Zaragoza ha recorrido un largo camino buscando entre lo que los demás no apreciaban. Chaves calcula que ha viajado 50.000 kilómetros anuales, visitando campos de segunda y tercera, haciendo algún viaje por Europa y 11 a América. Desde 1983, cuenta con la colaboración de Rosendo Cabeza, que hasta entonces había hecho una tarea similar en el Salamanca. "En Buenos Aires", dice, "me estalló en los ojos la brillantez de un muchachito de entonces 17 años, que jugaba en un combinado uruguayo. Era Rubén Sosa, a quien intenté contratar ya en 1983, pero hubo que esperar a 1985 a tener dinero para pagarlo". En este espacio de tiempo ningún otro equipo del mundo se fijó en El principito.El Zaragoza es un especialista en recoger jugadores casi. frustrados y recomponerlos. A Cedrún no lo quiso el Athlétic y se le recogió a su vuelta del Cádiz, donde estaba cedido, por 20 millones. Herrera, nacido en Bilbao, también pasó de largo para los técnicos vascos y, mientras estaba en el Salamanca, lo captó el'equipo aragonés por unos 20 millones. De García Cortés, que había jugado en el Madrid con Boskov, llegaron a decir que no se hablaba con Di Stéfano y éste dio el visto bueno al traspaso hacia La Romareda por 12 millones. Fraile y Pineda apenas merecieron la atención de Amancio, Boskov y Di Stéfano, y se les pudo contratar cuando el Madrid debía al Zaragoza 20 millones de pesetas por el fichaje de Cholo.

Casuco llegó hace ya nueve años con la carta de libertad en el bolsillo. Jugaba en el Elche como aficionado y el Zaragoza le hizo una oferta superior a la de los ilicitanos. En estos nueve años, Casuco no ha dejado de jugar un solo partido por lesión y únicamente se ha quedado sin actuar en tres ocasiones, una en el banquillo de los suplentes y dos por sanciones federativas. Un hallazgo.

Juliá es otro caso parecido, pero de más lenta elaboración. Llegó al Zaragoza con 19 años y ha tenido que esperar casi cuatro en el Aragón y una temporada convaleciente por lesión. Hoy es un defensa libre de gran porvenir. Señor era un muchachito que no quiso el Madrid cuando el jugador era juvenil y recaló en el Alavés, donde destacó. Pero nadip lo estimó porque no se tenía fe en un centrocampista de tan escasa estatura. Costó 15 millones. Güerri, de la cantera, y Pardeza, cedido del Madrid, y que se ha convertido en la figura del equipo, completan el 11 titular.

Los descartes

Con todo, el mayor éxitó técnico radica en los descartes. El Zaragoza ha traspasado desde 1981 a Víctor, Pichi Alonso, Amarilla y Barbas, por unos 450 millones de pesetas, y ha perdido por fallos de despacho a Salva y Valdano. Éste es el único que ha triunfado plenamente fuera de La Romareda. Tiene mérito haber dejado marchar a seis jugadores de talla internacional sin que se resintiera el conjunto. Todo lo contrario, pues ha ido a más. Desde los subcampeonatos citados en la época de los zaraguayos, el equipo ha estado un año en Segunda División y en los restantes se movió entre el sexto lugar (Beenhakker, año 1973) y el 16 (Muller, año 1977); sólo en dos temporadas acabó con positivos.Ahora vuelve a la final de Copa. En la última que jugó, que era la primera edición de la Copa del Rey, año 1976, cuentan que don Juan Carlos miraba a Santiago Bernabéu y Vicente Calderón, presidentes de Real y Atlético de Madrid, y a Zalba, del Zaragoza, que entonces tenía 36 años. En un momento, el Rey comentó: "El mundo es para los jóvenes, hay que darles paso". Días después firmaba el nombramiento de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, puesto del que salió Carlos Arias. El Zaragoza ha vivido otras anécdotas políticas en finales de Copa. En el ciclo de los magníficos jugaron cuatro seguidas, de 1963 a 1966. A partir de 1964, Franco se despedía siempre igual: "Hasta el año que viene". Y acertó, excepto en la última.

Se da la circunstancia de que, de las cinco finales de Copa que ha disputado, en cuatro ocasiones tuvo que jugar en terreno aj eno, con el rival arropado por hinchadas 'numéricamente superiores: en 1963, ante el Barcelona, en esta ciudad. En tres ocasiones, contra el. Atlético de Madrid, todas en Chamartín. Sólo jugó una en campo neutral -Zaragoza, 2; Athlétic 0-, en Madrid. Ha sido dos veces campeón y tres subcampeón.

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