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Nicolás Redondo impone sus tesis en el congreso de UGT y mantiene un sindicato político e independiente

Las tesis del secretario general de UGT, Nicolás Redondo, se impusieron en la madrugada de ayer en el congreso confederal al aprobarse el texto íntegro sobre identidad política y sindicato presentado por el comité confederal y rechazarse la propuesta alternativa que presentaban las federaciones de químicas y del metal. El sindicato reafirma su voluntad de independencia y su carácter de apoyo crítico al Gobierno. Las comisiones de política sindical y organización aprobaron en la madrugada de ayer, por 39 votos contra 13, el texto que recoge los criterios que ha venido, defendiendo Nicolás Redondo.

La alternativa presentada conjuntamente por las federaciones de químicas y del metal, que resultó rechazada tras un largo y tenso debate, suavizaba bastantes de los principios que aparecen en la ponencia del comité confederal.En el texto que apoya Redondo, UGT se plantea como objetivo la construcción del socialismo, y considera para ello como condición indispensable la autonomía de la organización. La acción sindical y la acción política, dice el texto, deben combinarse, aunque advierte que esta capacidad de independencia y la propia aplicación de estas políticas llevarán a tensiones de las que en el pasado no han estado libres ni el partido ni el sindicato. Las situaciones conflictivas en las relaciones de ambas organizaciones son aportadas como una experiencia y una justificación para aplicar lo que en el texto se denomina "una política sindical independiente y no supeditada al Gobierno".

Aunque la propuesta alternativa basada en el texto de químicas también demanda la autonomía del sindicato, se pronuncia por una "práctica permanente" de las direcciones del partido y el sindicato para "salvar nuestra identidad sindical". Químicas y metal defienden mantener un difícil equilibrio entre ambas organizaciones "tan lejano de la confrontación como del sometimiento", siendo la práctica diaria quien determinará "una política de reivindicación de proposición o de sometimiento en cada circunstancia". La ponencia se pronuncia por demostrar a los trabajadores que "la politización a priori está más en las posturas obstruccionistas de unos y otros que en el ejercicio de un sindicalismo responsable".

En el debate, al que se presentó un texto de síntesis conjunto por el metal y químicas, se clarificó, en parte, dónde estaba la esencia del debate. José Luis Corcuera defendió el texto de las dos, federaciones citadas, aunque advirtiera que, en el fondo, era de contenido similar al del comité confederal. Sin embargo, señaló que no creía necesario institucionalizar las relaciones con el PSOE tal y como defendía la federación de construcción. Corcuera pidió que no se diera a la opinión pública la sensación de que la verdadera estrella del congreso había sido el debate sobre la autonomía y las relaciones con el Gobierno, cuando todos estaban de acuerdo en mantener la independencia de la central.

Justo Fernández, secretario general de banca, recordó, por su parte, que un "ilustre militante del PSOE le había aconsejado que consultara en las hemerotecas la polémica entre Indalecio Prieto y Largo Caballero". Polémica que a él le había aclarado muchas cosas y que convenía tener en cuenta. El dirigente de banca defendió una autonomía e independencia sindical plena.

Las razones por las que se terminó rechazando el texto de químicas, según algunos sindicalistas, hay que buscarlas en que en él no se recoge, por ejemplo, mención alguna al objetivo de construir el socialismo, no se define claramente el papel de las movilizaciones en caso de grave discrepancia y no profundiza en el deterioro de relaciones entre partido y sindicato, provocado por una política económica que no ha redundado en beneficio de los trabajadores.

Según estas fuentes, en el fondo, esta ponencia, de haberse aprobado, desideologizaba excesivamente a UGT.

Una ejecutiva consensuada

La nueva ejecutiva que saldrá de este congreso ha requerido de intensas negociaciones entre el secretario general de UGT, Nicolás Redondo, y los sectores del sindicato más vinculados al PSOE. Redondo consiguió que Manuel Chaves permaneciera en el sindicato y, según algunas fuentes, ha aceptado la ejecutiva la presencia de un hombre como Justo Zambrana, muy ligado al PSOE y contestado dentro de la propia organización por su actitud en temas tan conflictivos como el de las pensiones.Para los sectores más afines a Redondo, la ejecutiva queda ahora mayoritariamente a favor del secretario general, y por añadidura se ha conseguido un grupo homogéneo y eficaz. Para otros, el metal, por ejemplo, se ha equilibrado un órgano de dirección que corría el riesgo de tener un tinte político excesivo.

La configuración de la ejecutiva que ayer se daba prácticamente como segura era la siguiente: secretario general, Nicolás Redondo; acción sindical, Apolinar Rodríguez; organización, Antón Saracíbar; política institucional, Justo Zambrana; relaciones internacionales, Manuel Bonmnatí; formación, José Manzanares; imagen, Miguel Ángel Ordóñez; y organización, Paulino Barrabés. Quedan como vocales José María Zufiaur, Manuel Chaves y Jesús Mancho.

A última hora de ayer se especulaba todavía con la posibilidad de que Apolinar Rodríguez saltara de la lista, corriera Antón Saracíbar a acción sindical y Alberto Pérez, secretario general de Vizcaya, pasara a ocupar organización.

Eran, seguramente, los últimos intentos de ajustar una ejecutiva que puede ser polémica. La presencia de Zufiaur como vocal ha sido interpretada por algunos sectores como un intento de establecer desde la sombra un mayor control de otras secretarías de carácter político. Sin embargo, parece más cierto que José María Zufiaur ha elegido voluntariamente pasar a un segundo puesto por razones muy distintas, como su cansancio personal y sus muchos años de dedicación al sindicato.

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