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Gimnastas y federativos sovieticos, acusados de corrupción y alcoholismo

Un serio escándalo ha surgido en la gimnasia soviética cuando algunos altos directivos han sido oficialmente acusados de corrupción y alcoholismo, según informa el periódico Sovetskaya Rossiya. El mismo artículo señala que el ex campeón del mundo Dimitri Belozerchev estaba ebrio cuando se rompió una pierna el año pasado en un accidente de automóvil, lo que le costó su ausencia en los Mundiales de Montreal.La mayoría de las críticas han sido dirigidas a Yuri Titov, presidente del departamento de gimnasia del Comité Estatal de Deportes de la Unión Soviética y máximo mandatario de la Federación Internacional de Gimnasia. El periódico le acusa de ser un virtual dictador en la gimnasia soviética, en la que decide sobre todo y ataja cualquier intento de crítica desde dentro de este deporte.

Andrei Rodionenko, entrenador del equipo soviético que dominó los pasados Mundiales de Montreal, fue acusado de estar envuelto en un robo de comida destinada a los gimnastas.

La información está firmada por Víctor Silin, secretario de la federación soviética, que declaró haber tenido que utilizar las páginas de un periódico ante la indiferencia de las autoridades deportivas para tratar de aclarar la corrupción. Se refirió a la necesidad del glasnost (publicidad), palabra utilizada numerosas veces por el líder soviético Mijail Gorbachov en su campaña de apertura a la crítica de los errores en la sociedad soviética.

Silin señala que, durante los entrenamientos para los Mundiales, Belozerchev solicitó permiso para desplazarse en automóvil desde el lugar de entrenamiento a su casa moscovita, algo totalmente prohibido. El permiso le fue concedido y el campeón, con otros dos gimnastas, se estrelló contra un árbol y tanto él como sus compañeros de viaje, Kokorin y Kapetov, sufrieron graves lesiones. Según Silin, Belozerchev estaba borracho.

El secretario de la federación integra una comisión encargada de investigar el robo de la comida destinada a los gimnastas en el campo de entrenamiento de Ozero. En el refrigerador del médico de la selección femenina, Krauchenko, aparecieron latas de caviar, chorizos, salchichas, leche condensada y latas de sardinas.

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