El primer ministro francés se someterá a un voto de confianza

El primer ministro francés, Jacques Chirac, se someterá el próxirno 2 de abril al voto de confianza de la Asamblea Nacional., según anunció ayer, al término del primer Consejo de Ministros celebrado tras la victoria electoiral del centro-derecha el 16 de marzo. Chirac, que no está oblígado constitucionalmente a requerir el respaldo, de la Cámara, contará con 291 diputados, es degir, dos más de la mayoría absoluta.Antes de acudir al Elíseo donde el presidente de la República, François Mitterrand, iba a presidir la primera reunión del Consejo de Ministros de la cohabitación, Chirac convocó, en su residencia del palacio de Matignoini, a los miembros del Gobierno. Ésta será, al parecer, la norma habitual de funcionamiento en el futuro. El primer ministro celebrará sistemáticamente reuniones previas para preparar y prácticamente ultimar los temas que se discutirián después, de forma más protocolaria, ante el presidente de la República, el socialista François Mitterrand.

El primer consejo duró menos de media hora y se limitó a una breve declaración de Chirac sobre las líneas maestras de su política. El próximo miércoles, día habitual en que se reúne el Gabinete, los ininistros entrarán ya a discutir medidas económicas y antiterroristas.

La posibilidad de que se produzcan nuevos atentados en los próximos días fue evocada en la entrevista privada que mantuvieiron a media mañana Mitterrand, Chirac y los nuevos ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa, Jean Bertrand Raimond y André Giraud, respectivamente. Raimond, que todavía no se ha despedido, oficialmente de las autoridades soviéticas, abandonó de forma precipitada su puesto de embajador en Moscú para estar en París a tiempo de entrevistarse con el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, quien ha permanecido 24 horas en Francia.

Este fin de semana fueron nombrados los presidentes de los consejos regionales, cuyos miembros fueron elegidos también el pasado día 16. El ultraderechista Frente Nacional, que se encontraba en posición de árbitro en seis regiones metropolitanas, inclinó la balanza, en todos los casos, a favor de los candidatos del centro-derecha. El Partido Socialista sólo controlará a partir de ahora dos de las 26 regiones francesas.