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El Estudiantes se limita a vencer al CAI Zaragoza

Luis Gómez

El Estudiantes tenía la obligación de ganar por 22 puntos, al menos, para conseguir la cuarta plaza, lo que significa el derecho al título provisional de cabeza de serie. Era una proeza comparable, lejanamente, a la planteada en el Real Madrid-Zalgiris, pero, claro está, para andar por casa. Así fue el partido, que resultó al final emocionante y que a punto estuvo de necesitar dos prórrogas, por lo que el Estudiantes se limitó, como mal menor, a ganar. La Demencia aprovechó el evento para ensayar algunos nuevos mensajes en su repertorio, por lo que estuvo irregular. Empezó el encuentro dedicando unas jotas de contenido irreproducible al equipo contrario y tuvo algún momento poderoso, pero no logró arrastrar al equipo.El CAI Zaragoza, que Regaba con vitola de conjunto millonario, dado su contrato renovado con el patrocinador, pareció perder parte de sus aspiraciones cuando su norteamericano Riley fue expulsado sorprendentemente. En una pequeña reyerta entre Riley y Pedro Rodríguez, de las muchas que hay en un partido y sin que el público percibiera espectacularidad alguna en los golpes bajos que se intercambiaron, el colegiado Mas decidió expulsar al jugador del CAI, que se lo tomó con tranquilidad, mientras el público reaccionaba con silencio y casi nadie protestaba. Fue una de las expulsiones más sosas que recordar se pueda, hasta el extremo de que dio la falsa impresión de que nadie había sido expulsado. Era el minuto tres de juego.

A partir de ahí, la supuesta ventaja estudiantil no fue tal porque el técnico local decidió poner a Russell en función de pívot, con lo que se diluyó y perdió poder anotador. Con él quedó en evidencia su equipo, puesto que nadie se atrevía a tirar desde media distancia. Fue perspicaz el contrario en ese detalle y algunos defensores dejaron espacio a los aleros estudiantiles, que cayeron en su propia desgracia. Lo cierto es que tiraron tan mal que anunciaban el fallo al momento de saltar. Aun así, y a fuerza de dedicación, el Estudiantes llegó al des canso con ligera ventaja (53-49)

En la reanudación no hubo cambios, con ventajas alternativas. Fue muy tarde cuando despertó el público ante la posibilidad de un emocionante final. Se cumplió el pronóstico con una canasta de Perotas, conocido por Rambo, en el último segundo y después de coger él mismo cuatro rebotes bajo el aro. Una canasta fácil que pareció dificilísima y con la que se llegó a la prórroga. En los cinco minutos siguientes, repetición de la jugada, sólo que al revés: a falta de tres segundos, Llorente falló un tiro libre y la oportunidad de una prórroga más.

El público, a pesar de la victoria, pareció salir decepcionado: la Demencia quería una solución a base de penaltis.

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