El Madrid, obligado a ganar en Kaunas al Zalgiris de Sabonis
El Real Madrid ya no puede darse tregua en la Copa de Europa. Las últimas derrotas le han llevado a una situación semidesesperada en la que la circunstancia del encuentro de hoy ante el Zalgiris Kaunas soviético (16.30, por TVE-1) se convierte en decisiva. De sufrir un nuevo traspiés, el Real Madrid se vería abocado a una única solución, y ésta sí que sería poco menos que imposible: ganar al Cibona en Zagreb (Yugoslavia). Por ello es crucial el encuentro en Kaunas (Unión Soviética), donde juega la otra gran estrella europea, Sabonis. La duda que se plantea es si el soviético puede llegar a ser tan decisivo como Petrovic.La comparación superficial entre ambos jugadores puede dar lugar a conclusiones erróneas. Sabonis, un pivot de 2,15 metros de estatura, ha provocado ya que un equipo de la Asociación Norteamericana de Baloncesto (NBA), el Atlanta Hawks, plantee al Comité de Deportes de la URSS un traspaso valorado en cinco millones de dólares (unos 760 millones, de pesetas). Su precio está, pues, muy por encima del de Petrovic, y el Real Madrid acude a Kaunas, sin embargo, con la sensación de que va a sufrir mucho menos que ante la estrella yugoslava. Y ello, también, a pesar de que el Zalgiris cuenta actualmente con otros jugadores de indudable potencial, internacionales en la selección soviética, como son lovaisha, Kurtinaitis y Komithius.
La respuesta está, primero, en que Sabonis es un jugador irregular y a veces disputa los encuentros con escasa motivación; segundo, en que Martín y Romay le conocen bien y han podido frenarle en algunos encuentros. Contra él no existe esa rémora de derrotas humillantes y sucesivas que ha provocado Petrovic. Sabonis, más ingenuo, tiene cierta tendencia a autoliquidarse por su propensión a cometer faltas personales.
El Zalgiris no es un equipo de un solo jugador. De hecho, en el enfrentamiento ante el Cibona Sabonis sufrió la quinta personal en el primer tiempo, lo que no fue obstáculo para una victoria soviética. Sabonis representa dos cosas importantes: una baza intimidatoria por su altura y un indudable potencial ofensivo (media de 30 puntos por partido) basado en su facilidad de movimientos y lanzamiento. Sabonis, incluso, intenta de cuando en cuando canastas de tres puntos. Pero no juega él solo. Kurtinaitis (1,95) y Komithius (1,90) pueden alternarse a la hora de subir la pelota y se caracterizan por su facilidad para lanzar desde la línea de 6,25 metros. Iovaisha, un veterano tirador de escuela más clásica, alterna minutos de juego con su posición de segundo entrenador.
El Zalgiris es el líder actual de la Copa de Europa, pero ha ganado con apuros sus dos encuentros en Kaunas (Simac, 80-79, y Cibona, 94-91). Este singular equipo rompió hace un año la hegemonía del TSSKA al ganar la Liga soviética, acontecimiento que resultó histórico en este baloncesto. En contra del patrón ofrecido por el TSSKA durante tantos años -disciplina, rigor, exactitud en el lanzamiento, lentitud en el juego y preponderancia al uso de jugadores pesados-, el Zalgiris tiene otro aire: rapidez, contraataque e improvisación. Ofensivamente puede hacer más daño, aunque en la defensa es un equipo más indisciplinado.
Primer enfrentamiento
El Real Madrid se enfrentará a este club por primera vez en su historia. La ocasión es complicada porque el equipo madridista se debate en, encontrar una solución a su crisis de juego. El entrenador, Lolo Sainz, se limita a trabajar el entorno psicológico. Sabe que sus jugadores están nerviosos e imprecisos y que necesitan una victoria importante que los serene. Por esto la trascendencia de este partido, en el que una buena disciplina ante un equipo indisciplinado puede servir como táctica.
La actuación de los jugadores madridistas en la Copa de Europa no ha sido excesivamente afortunada. Quien tiene mejor estadística es el pivot Robinson, máximo anotador del equipo en esta competición, con una media de 24,5 puntos por partido y un porcentaje de acierto del 67%. Martín, con una media de 17 puntos, no ha podido ser tan decisivo, puesto que ha estado ausente en dos encuentros; los dos partidos en que ha actuado se cuentan por derrotas.
La importancia de este encuentro, por último, es grande. Después de disputarlo, el Real Madrid habrá alcanzado el ecuador de la Copa de Europa y podrá examinar el panorama. Si gana, puede llegar a la final mientras no vuelva a perder en casa; si cae derrotado, estará obligado a ganar todos los partidos (cinco) de la segunda vuelta, entre los que se incluye doblegar a Petrovic en casa.
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