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Aden, convertida en una 'ciudad fantasma'

La lucha entre fracciones marxistas del Partido Socialista Suryemení (PSSY) ha convertido a la capital de Yemen del Sur, Aden, en una ciudad fantasma, sin agua potable, energía eléctrica ni contactos con el exterior, según relatan los extranjeros evacuados el pasado fin de semana. Toda la vida del país, incluyendo actividades administrativas, servicios públicos, movimiento portuario o aéreo, y comercio, está paralizada, de acuerdo a un despacho de la agencia soviética Tass fechado en Kuwait.Las informaciones acerca del control del poder en el único país árabe marxista-leninista seguían siendo confusas ayer. Observadores internacionales dijeron que la incertidumbre indica que ninguna de las fracciones en pugna -la del presidente Mohamed Ali Nasser y la del ex presidente Abdel Fatah Ismail- ha logrado controlar la situación.

Los combates -que se iniciaron el lunes 13, cuando un grupo de militares rebeldes intentó derrocar al presidente- han continuado pese a los reiterados llamamientos al alto el fuego hechos por Moscú, firme aliado de Yemen del Sur. Ambas fracciones, separadas por una mayor o menor ortodoxia marxista, han reconocido la tutela de la URSS, cuyas autoridades, sin embargo, se ven impotentes para poner fin al conflicto.

Informes no confirmados oficialmente, difundidos por la agencia informativa kuwaití, han dicho que por lo menos 9.000 personas han muerto o resultado heridas en los violentos combates.

Unos 4.000 extranjeros, la mayor parte soviéticos, han sido evacuados desde Aden en una operación conjunta de rescate que se inició el viernes con la participación de buques de la URSS, Reino Unido y Francia. Unos 1.000 ciudadanos extranjeros permanecían aún en Yemen del Sur en espera de ser evacuados, según informaron diversas fuentes marítimas. La reanudación de los combates ha dificultado la operación de rescate.

Aunque la radio oficial, en manos de los hombres de Ismail, ha afirmado que el presidente ha sido derrocado, éste logró el lunes regresar al país, donde mantiene la resistencia desde algun lugar seguro, al parecer en una zona montaflosa del norte entre partidarios de tribus que le son fieles. El propio Nasser decretó ayer una amnistía general para todos los que no acataban su autoridad, en un aparente intento de poner fin a los combates sin vencedores ni vencidos.

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