Las cuotas de los militantes, aportación escasa a los ingresos

Las cuotas de los militantes suponen una ínfima parte en el capítulo de ingresos de los presupuestos ordinarios anuales de los partidos. El PSOE, cuyo presupuesto para 1986 asciende a algo más de 2.100 millones de pesetas, tan sólo recaudará 97 millones procedentes de las cuotas de sus 160.000 afiliados (cifras oficiales). Y los 200.000 afiliados que afirma poseer Alianza Popular están obligados a pagar una cuota mínima de 300 pesetas trimestrales, lo que supondría unos ingresos de 240 millones anuales en el supuesto de que todos los militantes cotizasen; el presupuesto ordinario -es decir, sin contar gastos de campañas electorales- aliancista ascenderá en 1986 a unos 1.200 millones de pesetas.Son, por tanto, las subvenciones estatales, concedidas en función de los resultados electorales, las que contribuyen decisivamente a que cuadren los presupuestos de los principales partidos. Éstos, por su parte, confían en que la ley de financiación que actualmente se gesta en el Congreso de los Diputados, que prevé un sustancial aumento en estas subvenciones, les ayude a sobrellevar mejor sus actuales penurias.

Las subvenciones por escaño y voto obtenido que concede el Estado a los partidos sirven básicamente para que éstos devuelvan parte de los créditos bancarios invertidos en las campañas electorales.

Ello hace que, para recaudar fondos destinados a sus gastos corrientes, los partidos deban acudir a las más diversas fórmulas, desde la aceptación de donaciones privadas o públicas hasta la creación de empresas, pasando por la organización de almuerzos o cenas masivos con los líderes.

Responsables de finanzas de AP desmintieron a este periódico los rumores que señalaban que este partido recibe cantidades mensuales procedentes de la CEOE. Por su parte, miembros de la ejecutiva socialista desmintieron que el partido se beneficie de ingresos realizados por empresas directa o indirectamente ligadas al PSOE.