_
_
_
_
_

El Joventut eliminó al Barcelona en la prórroga

Luis Gómez

Querían los técnicos ver a Aito García Reneses jugando contra sí mismo, ideando el antídoto contra su propio juego. Porque era este Barceloná-Joventut una semifinal con dos equipos a su imagen y semejanza: tres altos contra otros tres.Sin embargo, durante mucho tiempo, la decisión final pareció pasar por las manos de Epi. E, ironías del destino, Aito, el ex técnico de la Penya, terminó jugando con dos bajos (Solozábal y Seara), dado que la patente de su sistema parecía mejor desarrollada por su ex equipo, al frente del cual está ahora un hombre de la casa, Miquel Nolis. Así, la semifinal resultó emocionante, con otra prórroga morbosa, pero deslucida, también, en las gradas. Aito, en cualquier caso, se iba a derrotar a sí mismo. Lo malo es que, en el fondo, traslucía una derrota que ha costado 15 millones. Y suman 27, en inversión a fondo perdido. Pero, hasta cierto punto es injusto lo que le espera ocho minutos sin marcar. Aito ahora a este técnico, al que todos recuerdan que todavía no ha ganado un título importante.

Barcelona y Ron Negrita jugaron un encuentro igualado, pero desigual, porque el marcador anduvo incontrolado durante 40 minutos entre despegues azulgrana y recortes verdinegros. La actuación del equipo local se basaba, sobre todo, en un brillante comienzo de Epi con una sucesión de cuatro tiros de tres puntos, que sumaron un balance de 24 tantos en el primer período. El juego del Joventut pareció hipotecado por las tempranas sanciones a Villacampa y Jiniénez, que se situaron enseguida con tres personales. Antes del descanso, el Barcelona alcanzaba 13 puntos de diferencia.

Pero, en la reanudación, una buena defensa de Margall sobre Epi provocó que éste estuviera llegó a jugar con dos bases y un solo pivot, pero el Joventut acortaba las desventajas.Tras numerosos cambios de jugadores, Nolis encontró la solución ideal: no era tanto jugar con tres bajos, tampoco le servía ya Margall; le bastó el juego clásico del osado Jofresa y del no menos tímido Villacampa, que resolvieron antes y durante la prórroga. El Joventut, que ha tenido un sensacional inicio de temporada, volverá a jugar mañana una nueva final de la Copa del Rey. Y, de nuevo, frente al Real Madrid. Después de adjudicarse la Supercopa, la Penya va en busca de un título que le confirme en el panorama del baloncesto español. Anoche, en un gélido Palau Blaugrana, destrozó la tesis de la afición barcelonista, que pareció rechazar este choque a la espera de la tan cacareada final Barcelona-Real Madrid.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_