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El Parlamento Europeo considera insuficiente la reforma de la CEE

El Parlamento Europeo, en un intento de evitar un conflicto de importantes repercusiones con el Consejo de Ministros de la CEE, decidió anoche en sesión plenaria aplazar su decisión sobre la reforma del Tratado de Roma propuesta en la cumbre de Luxemburgo hasta conocer los resultados de la reunión que celebrarán los ministros de Exteriores los próximos días 16 y 17. Los parlamentarios, al votar este aplazamiento, destacaron que consideraban "insuficientes e insatisfactorios" los acuerdos adoptados en Luxemburgo.

Fundamentalmente, los parlamentarios, según expresaron en la sesión plenaria de ayer, no pueden aceptar la reforma propuesta en lo que concierne a los escasos poderes concedidos al Parlamento Europeo. A últimas horas de anoche los diputados conservadores propusieron la posibilidad de llegar a este compromiso de aplazamiento, para evitar dar una respuesta negativa al Consejo de Ministros y ganar tiempo para conseguir un acuerdo posterior. El Parlamento Europeo se pronunciará oficialmente "en un breve período de tiempo", lo que se interpreta como un aplazamiento de la decisión hasta la próxima sesión plenaria de enero.La conclusión de que la reforma propuesta en la cumbre de Luxemburgo era "totalmente insuficiente" fue respaldada por los representantes de casi todas las formaciones del europarlamento: desde los socialistas a los democratacristianos, pasando por los liberales y los comunistas italianos. Tan sólo el representante del grupo de los Demócratas Europeos intentó introducir una enmienda -rechazada por el resto de los miembros de la comisión institucional- que intentaba ser comprensiva con la cumbre de Luxemburgo.

De esta forma, la gran mayoría de los grupos representados en la Asamblea demostraban su clara oposición a las medidas adoptadas en el pasado Consejo Europeo que, como señaló el comunista italiano Spinelli "no ha dado la respuesta justa a lo que se esperaba de él".

Fue con este panorama adverso -o cuando menos, crítico- con el que tuvieron que defender lo conseguido en Luxemburgo a primeros de este mes tanto Jacques Santer, primer ministro del Gran Ducado, -presidente en funciones de la CEE- como Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea. Por cierto, que Delors, que no pudo Regar a tiempo por problemas meteorológicos que obligaron a desviar su avión, al disculparse por el retraso fue humorísticamente aludido por Marco Panella: "eso es que Estrasburgo no le quiere", gritó desde su asiento el diputado radical italiano.

Gobierno y Parlamento

Tanto Santer como Delors hicieron hincapié en los aspectos positivos emanados de la cumbre luxemburguesa, en busca del apoyo -y del voto- del Parlamento. Un voto, que ha sido aplazado y que ahora es más importante que nunca porque de él depende que Italia levante o mantenga su reserva. Italia mantendrá su reserva hasta que el Parlamento de su aprobación a la reforma del Tratado de Roma. Así, en caso de que el Consejo de Ministros se oponga a incluir alguna de las enmiendas para incrementar el poder de decisión del Parlamento podría abrirse un nuevo conflicto de importantes consecuencias en el seno de la Comunidad.

Para el presidente del Consejo de Ministros de la CEE el hecho de que los cientos de directivas, reglamentos y decisiones que serán necesarios para conseguir un mercado único en 1992 se vaya a hacer por mayoría cualificada, y con la cooperación del Parlamento, supone "que el poder de obstrucción de los Gobiernos ha disminuido considerablemente al tiempo que aumenta el poder del Parlamento Europeo para influir sobre la decisión final del Consejo". "Se trata, en definitiva, de un cambio radical en el procedimiento de decisión de la Comunidad".

Más agresivo, en un discurso improvisado que mantuvo la atención de casi todos los diputados estuvo Delors, que consideró globalmente satisfactorio el resultado de la cumbre de Luxemburgo, sin dejar de plantear por ello algunas objeciones. Para el presidente de la Comisión, "a pesar de los limitados resultados, el objetivo de lograr una unión europea se mantiene".

El informe, con numerosas enmiendas añadidas a última hora de la comisión institucional del Parlamento Europeo, ha solicitado al Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de los próximos días 16 y 17, que acepte varios aspectos esenciales: que clarifique y ultime el procedimiento de cooperación entre Consejo y Parlamento, para que pueda llegarse a un verdadero sistema de codecisión. Que las enmiendas adoptadas por el Parlamento en los proyectos normativos de la Comunidad no puedan ser modificadas por el Consejo más que por mayoría cualificada. Si estas enmiendas del Parlamento son además respaldadas por la Comisión, el Consejo no podrá modificarlas más que por unanimidad.

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