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El Parlamento intenta llegar hoy a un acuerdo sobre el presupuesto de la CEE

El Parlamento y el Consejo de Ministros de la CEE se juegan hoy, a las cinco de la tarde en Estrasburgo, la posibilidad de llegar a un compromiso sobre la cuantía y el reparto que tendrá el presupuesto comunitario de 1986. A las dos de la tarde, los ministros de Presupuesto de los Estados miembros darán una última revisión a su propuesta, que discutirán tres horas más tarde con la delegación comisionada por el Parlamento Europeo. Del resultado de esa reunión depende el voto que adoptará mañana por la tarde la sesión plenaria del europarlamento y, por tanto, que la CEE tenga su presupuesto listo a partir del 1 de enero próximo.

Los parlamentarios europeos votarán asimismo, las conclusiones adoptadas en la pasada cumbre de Luxemburgo, elemento esencial por cuanto de su resultado depende que Italia levante las reservas que mantiene al acuerdo del último Consejo comunitario, que, por el momento, hacen prácticamente inviable que pueda llevarse a cabo cualquier modificación del Tratado de Roma, pues ésta exige la unanimidad de todos los países miembros.A nivel presupuestario, el panorama ayer distaba mucho de estar claro en el hemiciclo de Estrasburgo, en el que la importancia del tema que se debatía contrastaba con la poco abundante presencia de parlamentarios. Aunque en sus declaraciones públicas los representantes de los tres órganos más importantes de la Comunidad -Parlamento, Consejo y Comisión- apuntaban a la necesidad de llegar a un acuerdo, las diferencias tanto en forma como en contenido sobre el presupuesto de 1986 eran evidentes.

Así, como señaló Jean Claude Juncker, ministro de Presupuesto de Luxemburgo, país que ostenta la presidencia hasta fin de año de la CEE, el Consejo ha optado por recurrir a presupuestos suplementarios -que elaboraría la Comisión Europea- en caso de que los gastos del ingreso de España y Portugal lo hicieran necesario, y ha pedido que la Comisión entregue un informe a mediados de 1986 para saber el estado de los distintos fondos de ayuda regional y social de la Comunidad, para los que el Consejo pide una mayor "flexibilidad" en su gestión. Es decir, que los ministros comunitarios prefieren demorar la concesión de más dinero para el funcionamiento de la CEE.

Falta de dinero

Y es en estos dos aspectos de la última propuesta presupuestaria realizada por el Consejo donde aparecen las diferencias por parte del Parlamento. Como se ratificó ayer en el informe elaborado por el griego Eftimios Christodoulou, en nombre de la comisión de presupuesto del Parlamento, hay concordancia en los objetivos, cubrir los costes de la ampliación, evitar que España y Portugal paguen más de lo que reciban, y poner a cero las deudas contraidas por la CEE en años anteriores. Pero donde se difiere sustancialmente es en los medios de llevarlo a cabo.

El Parlamento no ve con buenos ojos que se remitan los potenciales problemas de falta de dinero en la Comunidad a presupuestos extraordinarios, máxime cuando, como señaló ayer Hanning Christophersen, vicepresidente de la Comisión Europea encargado del presupuesto, algunos países aún no han pagado la parte que les corresponde por el presupuesto extraordinario del año pasado.

Y otra diferencia es la del dinero para cancelar lo que en el argot comunitario se ha denominado como "el peso del pasado", es decir, los presupuestos extraordinarios que de años anteriores para hacer frente a unos gastos mayores de los previstos. Mientras los ministros de los Presupuesto desean que en 1986 se incluya en el proyecto comunitario sólo 400 millones de ECU, e ir cancelando la deuda pendiente en los próximos tres años, el Parlamento desea que en el próximo año se destinen 777 millones (105.672 millones de pesetas). De ellos, 127 millones se destinarían a asegurar la neutralidad presupuestaria de España y Portugal.

El proyecto del Consejo, según el diputado francés Jean Pastí, no asegura que los dos nuevos miembros no sean contribuyentes netos: "hace falta más dinero para hacer frente a la menor contribución británica, a la cancelación del peso del pasado y a la entrada de España y Portugal". Unas declaraciones que contrastan, evidentemente, con la opinión mantenida en las últimas semanas por miembros del Ministerio español de Economía, en las que señalaban que España, según el último proyecto presupuestario del Consejo, no pagará más de lo que reciba.

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