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El viaje de ida y vuelta de Antonio d'Accorso.

Antonio d'Accorso abandonó Málaga la semana pasada rumbo a Argentina. El suyo ha sido un viaje de ida y vuelta casi fulgurante. Vino para ascender a Primera División al Málaga. Prometió que lo iba a hacer campeón. Se ha ido con un récord en sus maletas: ha sido el entrenador que menos tiempo la durado en la nómina del equipo de La Rosaleda en toda su historia. Tan sólo 49 días duró su aventura española. En Málaga, la gente sigue sin saber quién es, quién le recomendó y cómo vino.

D'Accorso se hizo cargo de las riendas del primer equipo con buena estrella. No fue mérito suyo, pero se pudo allanar el camino. Veinticuatro horas antes de ser presentado a los jugadores, el Málaga había ganado, en Murcia. Mientras, Benítez, ante la sorpresa general, hacía mutis por el foro para asumir la titularidad de la secretaría técnica. "Vamos a ser Campeones", repetía el técnico argentino.Lo primero que hizo D'Accorso fue cambiar los sistemas: "Hay que marcar por zonas, por zonas".

Y fue por zonas por donde el Málaga recibió nueve goles en siete partidos. El despiste defensivo era patente para todos menos para él. Ningún jugador estaba acostumbrado a este marcaje. Así y todo, repetía una y otra vez que en la zona estaba la clave.

En sus primeras declaraciones a los medios informativos solicitó un centrocampista. Era algo que chocaba a los aficionados que iban a ver los entrenamientos o a los propios jugadores de la plantilla. ¿Para qué pedir un centrocampista si, según sus propios términos y palabras de aliento, Martín era un mago, Recio un monstruo y Canillas el mejor jugador del Málaga?

Las primeras dudas

Llegaron los traspiés. El Málaga no sólo no marcaba bien por zonas, sino que perdía puntos con equipos teóricamente muy inferiores, caso del Albacete y el Sestao, y no daba espectáculo alguno en La Rosaleda. Las primeras dudas comenzaron a asaltar a los directivos malaguistas.Las críticas también empezaron a asomar desde los medios de comunicación. D'Accorso llegó a pensar que algunos le perseguían y, en un hotel de Madrid, en la víspera del Madrileño-Málaga, se dirigió a un periodista para acusarle duramente: "Usted va a ser el culpable de que me echen bel club".

La psicología también debía fallar. Jon García, en la víspera del partido que el Málaga disputó con el Sestao, protagonizó el primer incidente con el entrenador. Durante toda la semana D'Accorso había repetido que ante el equipo vasco iba a jugar Jon García -que es natural de Sestao-, aunque llegara Hugo Rubio, que esta,ba con la selección de Chili. Pero el viernes llegó el chileno y D'Accorso le dijo a Jon García que de jugar nada. El extremo abandonó el entrenamiento llorando.

Días después, el enfrentamiento con Canillas, la estrella, como decía el técnico. Cuando Canillas enfiló el camino de los vestuarios por indicación de D'Accorso, se volvió hacia él y el preparador físico y les dijo: "Ninguno de los dos tenéis puñetera idea de esto".

Era el principio del fin. Un par de días antes el Ses tao había ganado por 3-2 en La Rosaleda. Un par de días después el Málaga, que causó una penosa impresión, perdía en Mallorca. D'Accorso dijo que, de seguir jugando así, el Málaga iba a llenar todos los campos por donde pasara.

Lo cierto es que, si los llena o no, D'Accorso no lo va a ver. Hace una semana la nueva directiva le despidió. José Luis Fuentes se ha hecho cargo del equipo.

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