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La libertad sin ira de Salva

Los pactos entre caballeros entre dos clubes de fútbol, bordeando la ilegalidad y saltándose la reglamentación vigente, propiciaron que un futbolista que llegó a proclamarse subcampeón de Europa de selecciones nacionales haya estado condenado al paro deportivo por espacio de casi año y medio. Salvador García Puig, Salva, de 26 años, casado y futbolista de profesión, tuvo que irse un día a Zaragoza para ganarse un prestigio y también el pan y la sal que le negaban en Barcelona. Hace escasamente un mes tuvo que repetir el proceso. Su destino no fue Zaragoza, sino Alicante.

Todo comenzó un 13 de mayo de 1982, fecha en la que el Zaragoza y el Barcelona firmaron un contrato por el que el club aragonés cedía a los azulgranas los derechos de opción sobre los jugadores Jorge Valdano y Raúl Amarilla. El plazo de validez del contrato concluía el 31 de julio de 1985 y se registró en la Federación Española de Fútbol con fecha del 29 de julio de 1982. En virtud de este acuerdo el Barcelona podía ejercer el derecho de opción sobre uno de los dos jugadores, previo pago de 130 millones de pesetas (Valdano) o 100 millones (Amarilla). Como compensación, el Zaragoza recibió de inmediato los derechos federativos de los jugadores barcelonistas Salva, Saura y Ramírez.Salva, Saura y Ramírez hicieron las maletas y se fueron a Zaragoza en busca de la oportunidad que les, brindaban. Salva no la desaprovechó, hasta el punto de convertirse en titular indiscutible y en un hombre asiduo en las convocatorias del seleccionador nacional, Miguel Muñoz. Josep Lluís Núñez, presidente del Barcelona, no despidió a los técnicos del club que aconsejaron desprenderse del jugador de puro milagro. Después del éxito de Salva en la Eurocopa la mente de Núñez comenzó a maquinar la forma de recuperar al jugador, y la absurda y obsoleta reglamentación federativa se la brindaron.

El delantero argentino Valdano también aprovechó los vericuetos de la reglamentación y, tras dos temporadas jugando en el Zaragoza en calidad de retenido, quedó en libertad y fichó por el Real Madrid. Núñez sabía que no podía frenar la operación y aprovechó la coyuntura para recuperar a Salva. El presidente del Barcelona presentó una denuncia ante la federación por incumplimiento de contrato y ésta trasladó la denuncia a la Liga Profesional, que dictaminó que la propiedad de los derechos sobre Salva y Saura -Ramírez fue traspasado con el consenso de ambos clubes- debían volver al Barcelona.

Y Salva regresó a Barcelona y a su antiguo club, que lo presentó como el gran fichaje de la temporada. A partir de ese momento comenzaba para él un auténtico calvario, con "muchas horas sin dormir y sin entender nada". Desde luego, era para volverse loco. Núñez le aseguraba que no pasaba nada, que estaba en condiciones de jugar, pero cada semana su nombre no figuraba en las listas de convocados que facilitaba Terry Venables, por temor a que la denuncia impuesta por el Zaragoza ante los tribunales ordinarios de justicia propiciara una impugnación por alineación indebida. "La gente no puede imaginarse el daño que me hizo esa situación", asegura el jugador.

Pacto tardío

La situación pareció arreglarse para Salva cuando el Juzgado número 14 de Madrid anuló las actuaciones de la Federación Española de Fútbol y de la Liga Profesional, dando la razón al Zaragoza. El Barça pactó con el club aragonés, fichando a Amarilla. Pero ya era demasiado tarde. La Liga ya estaba en su recta final y sus compañeros estaban lanzados.Un año en blanco y esperanzas renovadas en la pretemporada. "Es mejor no recordar aquello". Y, de nuevo, la negra racha. Un par de lesiones inoportunas le hacen perder el ritmo de los entrenamientos. Venables ni siquiera se acuerda de él. Salva busca una solución, más bien la exige. "Quiero jugar donde sea. No puedo estar más tiempo en esta situación".

Llega el Hércules, que se encuentra en una situación crítica, y pide al Barça la cesión del jugador. Salva no lo duda ni un momento. El resto es sólo papeleo, saltarse nuevamente la reglamentación.

Ahora la trampa consiste en traspasarlo como jugador del Barcelona Atlétic al club alicantino. Salva debuta en la Copa frente al Mallorca de Tercera División; juega luego frente al Spórting y ya figura entre los mejores, como ante la Real Sociedad. Pero su caso no ha terminado: el 30 de junio debe volver a Barcelona.

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