El Valencia, al contraataque, igualó al Athléctic

La presión desordenada del Atlétic, que jugó casi todo el partido contra el reloj, no sirvió para superar la cerrada defensa de un Valencia que, sin hacer nada extraordinario, fue capaz de mantener, el tipo en todo momento y hasta de sacar media docena de contragolpes, casi siempre llevados por Wilmar Cabrera, muy peligrosos.Hasta el minuto 65 no jugó el Atlétic con la delantera que cualquier computadora japonesa es decir, neutral- hubiera considerado titular. Así, durante toda la primera parte y gran parte de la segunda, la chalupa rojiblanca, que hacía agua por todas sus costuras, tuvo que ser dirigida, a falta de mejor alternativa, por un defensa central. Goikoetxea, hizo lo que pudo, multiplicándose en todo tipo de tareas -hasta fue el autor del primer gol-, pero al precio de dejar huecos en la retaguardia que Liceranzu, muy bajo de forma, era incapaz de tapar.

El público se preguntaba quién era allí el pensante, el jugador capaz de poner un poco de orden en los abordajes, de intentar al menos jugar el balón, ensayar paredes, tratar de desbordar. En fin, quién era allí capaz de hacer algo más que rifar balones sobre el punto de penalti. No es que la cosa mejorase en la continuación, entre otras cosas porque Sarabia estuvo bastante negado, pero al menos los papeles estaban distribuidos con cierta lógica y cada cual se dedicaba a lo suyo.

El Valencia también se dedicó a lo suyo, pero desde el comienzo, y esa fue una ventaja que ayer le concedió su rival. Quique, que es igual que su padre, y no sólo por el aspecto y la forma de correr, pudo en todo momento con Argote, y se escapó varias veces en internadas con estilo. El uruguayo Wilmar Cabrera, listo para robar balones y rapidísimo en los contragolpes, protagonizó las mejores jugadas del partido. Ya lleva cinco goles esta temporada. También apuntó detalles Cuxart.