La Asamblea Nacional francesa ratifica el ingreso de España en la CEE

La Asamblea Nacional francesa aprobó por mayoría, a las cuatro de la madrugada de ayer, la ratificación del Tratado de Adhesión de España y Portugal a la CEE. Después de seis horas y media de debate, en ocasiones tenso y por lo general monocorde, los diputados aceptaron la ampliación por 291 votos a favor, 47 en contra y 139 abstenciones. La oposición conservadora se inclinó mayoritariamente por la abstención y sólo los comunistas y tres representantes del RPR, el partido que encabeza Jacques Chirac, mantuvieron hasta el fin su rechazo a aceptar a los dos países ibéricos como socios comunitarios.Después de la votación de ayer, el debate en el Senado, donde la oposición tiene mayoría, será una cuestión de trámite. La oposición conservadora, que acaricia un triunfo electoral en las próximas legislativas del mes de marzo, optó a última hora por la abstención, porque un partido de Gobierno no puede quedar marcado como contrario a la construcción de Europa. Incluso los más significados líderes de la UDF, Valéry Giscard d'Estaing y Raymond Barre, votaron afirmativamente, según explicaron en sendos comunicados.

Al escrutinio final, que arrojó 477 votos de un total de 491 con que cuenta la Cámara, sólo asistieron una veintena de diputados, porque el sistema francés permite votar en representación de los colegas de grupo ausentes. Resultaba curioso ver a los diputados afanarse por las, hileras de escaños para girar las clavijas de voto. Porque el debate estuvo huérfano de figuras; sólo el ex primer ministro Couve de Murville por el RPR, y los ministros de Exteriores, Roland Dumas, Asuntos Europeos, Catherine Lalumiére, y Agricultura, Henri Nallet.

Los argumentos del partido socialista y del Gobierno se resumen en que el tratado es un texto equilibrado, que las regiones francesas del Sur cuentan con las suficientes garantías para protegerse de la competencia española y que el ingreso permitirá a los productos franceses beneficiarse de un mercado de 50 millones de consumidores en mejores condiciones que las del Acuerdo Preferencial de 1970.

Reformar el tratado

El RPR, aunque cambió su intención de votar en contra por la abstención, mantuvo sus tesis de que éste no es el momento adecuado para la ampliación y que, de pro ducirse, se hace necesario para Francia plantear la reforma del tratado. Los socialistas contraargumentaron que ésta es una iniciativa reservada al presidente de la República, que, sea cual sea el re sultado de los comicios de marzo, seguirá siendo Mitterrand.

Los giscardianos de la UDF plantearon una posición más matizada. Rehuyendo el recurso a la reforma del tratado, precisaronque se hace necesario introducir ciertas modificaciones para asegurar los intereses de los pescadores y, sobre todo, de los agricultores del Sur.

Sólo los comunistas, a los que se unieron finalmente tres diputados de la derecha, mantuvieron una oposición irreductible, basada en la defensa de los intereses nacionales al margen de cualquier requerimiento de solidaridad para con España y Portugal. La moción previa que presentaron para retirar el proyecto de ley de ratificación fue rechazada por 285 votos contra 44. Sus argumentos: la armada española es una amenaza directa para los pescadores franceses, la industria sufrirá perjuicios y la agricultura será la gran perdedora. Pero su reflexión política es que el ingreso de España en la CEE perjudica a los intereses de los trabajadores, porque se trata de un país elegido por las multinacionales para llevar a cabo su estrategia de "invadir a Europa desde dentro".