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Urío Velázquez, centro de muchas críticas

El socio culé, paradójicamente, llevaba ayer pañuelos blancos en su bolsillo, y esos pañuelos poblaron las gradas del Camp Nou. cuando Joaquín Urío Velázquez anuló un tanto de Archibald. "Ha sido un gol como una casa", decía con su vehemencia habitual el vicepresidente barcelonista Joan Gaspart. Su presidente, Josep Lluís Núñez, se limitó a pasar el testigo a los periodistas que le preguntaban. "Ustedes juzgarán", dijo, mientras Ramón Mendoza, presidente del Madrid, vio correcta la decisión arbitral. Ese gol fue el tema de conversación en el descanso. Después todo el mundo se olvidó de Archibald y de Urío. Incluso el otro vicepresidente azulgrana, Nicolau Casaus, que había llegado a comentar: "Es indigno que un árbitro de Primera División cometa un error de tal calibre".Para Núñez el resultado fue corto y para Mendoza, "normal; no tengo nada que objetar". En parecidos términos se expresó Luis Molowny, técnico madridista, que confesó sin rubor que "me daba igual perder por un gol que por tres, y por esta razón cambié a Maceda por Santillana". Esta teoría del veterano entrenador del Real Madrid tuvo una respuesta irónica por parte de su colega Terry Venables: "Yo no se si fue valentía o suicidio lo que hizo el técnico del Madrid".

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El técnico azulgrana, pese a la victoria, tuvo palabras de elogio para el Madrid. "No le podemos restar méritos. Si está en esa posición privilegiada por algo será. Ahora podemos permitirnos un respiro". Por el contrario, no elogió la actuación arbitral, sino todo lo contrario: "Me he sorprendido al ver que se dirigía hacia la portería y anulaba el gol de Archibald. El juez de línea ni siquiera levantó la bandera y él sancionó la jugada cuando se encontraba muy lejos de donde se produjo".

Molowny se fue del Camp Nou. asegurando que "la emoción sigue, porque esta derrota no significa nada para nosotros, que teníamos menos que perder", y lamentándose del resbalón de Camacho que propició el segundo gol del Barcelona. Schuster y Santillana también quisieron poner emoción al final, y cuando se dirigían a los vestuarios, al parecer, se dirigieron mutuamente unas palabras fuera de tono. Marcos, por el contrario, sólo recibió palabras cariñosas, especialmente de su padre, el que fuera jugador madridista, Marquitos, quien no se recató de levantar los brazos cuando su hijo cabeceó a la red de Ochotorena. La victoria del Barça, que rompe la racha del Madrid, da más calor todavía a la competición. Ayer madridistas y barcelonistas se fueron a sus casas haciendo números. Núñez incluso los hizo en el palco presidencial. "Si ganamos el partido que tenemos aplazado frente a Las Palmas, sólo nos llevarán tres puntos".

Un reducido grupo de personas protagonizó diversos incidentes, durante una concentración de unas 5.000 personas en la parte alta de la Rambla de Canaletas celebrada tras el partido de fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid. Según la Guardia Urbana, algunas personas intentaron quemar varias banderas españolas. Ante esta circunstancia, intervinieron algunos efectivos de la Policía Nacional, a quienes los alborotadores les lanzaron piedras y otros objetos contundentes.

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