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El comité de empresa del Banco Central critica la sanción al vigilante que se suicidó

El comité de empresa de la División Internacional del Banco Central calificó ayer la sanción laboral de que fue objeto un vigilante de ese departamento y, sobre todo, "el modo en que le fue comunicada" como "detonantes" de su posterior suicidio.Según el comité de empresa, el vigilante, casado y con dos hijos, tenía problemas económicos, que, desde abril de 1981, le llevaban a solicitar continuos anticipos de sus mensualidades, pero no presentaba síntomas de desequilibrio mental ni había tenido ningún otro problema laboral.

El martes, el vigilante fue llamado por su jefe de personal, que le comunicó que estaba suspendido de empleo y sueldo durante tres meses por "deslealtad y abuso de confianza". El vigilante, según admite el comité, había cobrado de modo irregular alguno de los anticipos y estaba en descubierto con la empresa por importe de unas 100.000 pesetas.

La representación laboral reconoce que la sanción impuesta al vigilante es conforme a la ley [punto en el que Insiste la empresa] , pero "irracional para una persona a la que se presumen problemas económicos".

En el momento de comunicarle la sanción, el jefe de personal ordenó al vigilante que entregara placa, pistola y munición, lo que éste hizo, según el comité.

El vigilante salió llorando del despacho del jefe de personal y cogió de una caja fuerte la pistola de un compañero, con la que se disparó en un lavabo.

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