El Atlético superó la nueva imagen de la Real Sociedad
El Atlético sufrió ayer, en el primer partido televisado de la temporada liguera, para superar la nueva imagen de una Real Sociedad que cuida ahora más de mirar hacia arriba que en temporadas precedentes. Pero al maquillaje externo ofensivo que intenta imponer el técnico galés Toshack le falta aún convicción interna del equipo y, probablemente, algún producto nuevo que acompane la calidad habitual de López Ufarte. Ayer, la Real fue todo un propósito de intenciones que se quedó en el cabezazo al poste de Mújika, un minuto antes de que el Atlético sentenciara el partido con su tercer gol, naturalmente al contragolpe.El galés Toshack organizó en el Calderón la defensa de Elduayen por la derecha y buscó el despliegue ofensivo por la izquierda. Para lo primero, la defensa, situó al habitual lateral zurdo, López Relcarte, en la teórica posición de medio por la banda derecha para frenar a Quique; ordenó a Larrañaga perseguir a Setién, y marcajes atrás de Górriz sobre Da Silva y Sagarzazu frente a Cabrera, con el joven debutante Zúñiga de libre como tercer zaguero. Para lo segundo, el ataque, contó con las permutas Beguiristain-López Ufarte, que intentaron explotar las mayores fisuras que ofrecen en defensa Julio Prieto y Marina por esa zona respecto a Tomás y Quique por la otra.
Durante casi todo el primer tiempo, la Real mantuvo sus líneas ordenadas con un aparente 3-5-2 que conseguía varias cosas. Por ejemplo, que Julio Prieto perdiera de vista a López Ufarte. El otrora pequeño diablo, condenado al fuego eterno de no volver a la selección desde que Miguel Muñoz es seleccionador nacional, tuvo ocasión de acreditar su habilidad en varios lances que arrancaban siempre con un desmarque hacia la izquierda desde el centro, continuaban con Julio Prieto en el suelo, y finalizaban con algún centro peligroso o la mayor amenaza que suponía el cruce obligado de Arteche; o bien acababan, con envío a Larrañaga, como en el minuto 16, cuyo disparo lo rechazó Mejías, el suplente del lesionado Fillol, antes de que Uralde rematara finalmente fuera.
EL Atlético sólo mostraba firmeza en Tomás, cada vez más asentado, y en los envíos largos de Landáburu. Arriba, Setién alternaba acciones válidas con desaciertos que se repiten en exceso en los últimos partidos, y Cabrera y Da Silva se mostraban torpes. Éste hizo méritos, al filo del descanso, para volver a salir por las 625 líneas del televisor, con los Teleñecos: falló un remate clarísimo a dos metros, tras preciosa jugada de Setién.
A Luis Aragonés, entrenador del Atlético, hubo quien le censuró el cambio de su jugador más centrado, Landáburu, pero iba a ser Da Silva quien le diera la razón. El delantero uruguayo salvó su desafortunada actuación anoche con el gol que abrió el triunfo de su equipo. Poco después, Luis sustituyó a su goleador en un nuevo alarde de habilidad mental: se había visto obligado a mantenerlo arriba, a la espera de un lance afortunado, y evitó de paso las protestas del público hacia el jugador uruguayo.
El encuentro cobró mayor ritmo, y la Real se lanzó ya a un ataque muy claro cuando encajó el segundo gol. Ahí notó que Satrústegui no es el que era, que su relevo generacional no se ha producido, y que sólo Uralde -ausente Bakero desde el inicio del partido por lesión y López Ufarte, que se retiró lastimado- podía hacer daño a Mejías. Uralde acortó distancias, Mújika tuvo el empate en un testarazo al travesaño, y el Atlético acabó con la nueva imagen donostiarra batiendo a Elduayen en claro contraataque de tres contra uno.
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