_
_
_
_

Michel Rocard llega a un acuerdo de unidad con la línea Mitterrand

Soledad Gallego-Díaz

Michel Rocard y los mitterrandistas llegaron ayer, en la apertura del congreso del Partido Socialista francés (PS), a un acuerdo de síntesis, que permitirá afianzar la imagen de unidad del PS ante las elecciones legislativas del próximo mes de marzo. Rocard, que pronunció uno de los discursos menos brillantes de su carrera política, sacrificó su habitual combatividad a su objetivo principal: lograr el apoyo de los socialistas como candidato a las elecciones presidenciales de 1988 y a la sucesión de Françis Mitterrand.El congreso, que se desarrollará hasta mañana domingo en Toulouse, se abrió en un ambiente de incertidumbre. Rocard y el primer secretario del partido, Lionel Jospin, habían negociado largamente la noche precedente para intentar llegar a un acuerdo entre sus respectivas mociones, pero existían dudas sobre el éxito de las conversaciones. Los 1.500 delegados esperaban con expectación el discurso de apertura de Jospin y la respuesta de Rocard.

'Partido de clase'

El dirigente del PS no defraudó. Su intervención fue directamente a los puntos que habían alimentado la polémica en los días previos al congreso: autocrítica de la gestión realizada, definición ideológica del partido y coaliciones posibles para después de marzo de 1986. Lionel Jospin aceptó que se habían cometido errores pero declaró que el balance era positivo y que no estaba dispuesto a una actitud masoquista. En cuanto al debate sobre la socialdemocracia, el primer secretario del PS afirmó que la definición departido de clase podía ser innecesaria, pero que sí era imprescindible considerar al Partido Socialista como un movimiento vinculado a los asalariados. Aceptó que se pudiera discutir en el futuro la declaración de principios del PS y señaló que no se opone a una definición socialdemócrata, siempre que ello signifique mantener un ámbito de izquierdas y no convertirse en una corriente de centro izquierda.Jospin fue meridianamente claro a la hora de hablar de las coaliciones posibles. "Mientras yo sea primer secretario del PS no habrá alianza con la derecha ni veto a los comunistas", explicó. La única coalición futura que acepta Jospin es la que permita mantener al PS como una fuerza predominante en el Gobierno.

La respuesta de Michel Rocard sorprendió incluso a sus propios seguidores. El ex ministro de Agricultura adoptó un tono muy conciliador. Rocard se felicitó de que el Partido Socialista fuera un partido de asalariados y no un partido de clase y se esforzó por todos os medios en no acentuar las diferencias entre las dos corrientes. Su discurso estuvo. dirigido fundamentalmente a los militantes del PS, un partido que siempre ha tenido problemas para aceptarle plenamente, presentándose como un hombre dispuesto a arrimar el hombro en las elecciones, a evitar polémicas inútiles y a aceptar una síntesis.

Rocard cree que con su nueva postura el Partido Socialista podrá superar el 25% de los votos en las elecciones de marzo y que el PS deberá después pagarle la factura.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_