Gabilondo estrena con Calviño el espacio de la SER 'Pido la palabra'

El informativo radiofónico Matinal SER, que dirige Iñaki Gabilondo en la cadena SER, inició ayer un espacio de una hora de duración titulado Pido la palabra, a partir de las nueve de la mañana, que consiste en que un personaje defiende una tesis que los oyentes se encargan de refrendar o de reprobar.José María Calviño, director general del Ente Público RTVE, fue quien ayer explicó, desde su punto de vista, por qué TVE es libre e independiente. Se recibieron más de 5.000 llamadas de oyentes de la provincia de Madrid, de los cuales, 2.438 votaron favorablemente por la tesis de José María Calviño, frente a 2.429 que lo hicieron en contra.

Manuel Campo, Esther Portela, Alfredo Amestoy y José Luis Sampedro, entre otros, opinaron sobre la cuestión, y varias unidades móviles de la SER captaron en diferentes puntos de España la opinión directa de los ciudadanos.

Iñaki Gabilondo mostró su sorpresa a lo largo del programa por el equilibrio de los votos de los oyentes, que empezaron siendo negativos, con notable diferencia, sobre la tesis planteada y acabaron siendo favorables a la tesis defendida por Calviño. Éste argumentó que la "mayoría silenciosa" de los telespectadores consideran que TVE ha cambiado positivamente y que ha alcanzado mayores cotas de libertad e independencia a lo largo de su mandato; censuró a los que articulan campañas en su contra y dijo: "No son tantos pero son activos y beligerantes".

Calviño añadió que no ha habido depuraciones en el Ente Público RTVE, que nó hay "obsesión de carnetitis", y declaró que Manuel Fraga "ha salido 600 veces más de lo que salía Felipe González antes de llegar a la Moncloa". Calviño calificó a TVE durante la época en que la dirigía Carlos Robles Piquer de "algarabía ingobernable" y añadió que TVE es ahora "indiscutiblemente mucho mejor que antes".

Manuel Campo, presentador de la primera edición del Telediario abundó en la opinión de Calviño sobre la ausencia de consignas en los informativos de TVE y su intervención fue comentada con ironía por Alfredo Amestoy, quien dijo que la actitud de Campo con respecto a su jefe Calviño le recordaba la vieja cantinela de los conventos de "¡viva la madre superiora!".