El partido comunista de Gerardo Iglesias inicia una operación para controlar el sindicato CC OO

El sector gerardista del Partido Comunista de España (PCE) ha dado instrucciones a sus organizaciones de base para que intenten controlar las federaciones más importantes de CC OO. La operación tiene como objetivo inmediato conseguir el apoyo del sindicato en las elecciones legislativas, según confirmaron ayer fuentes de esta central. Representantes de la tendencia carrillista -concretamente Julián Ariza, secretario de relaciones políticas y unitarias de CC OO- piden ahora un debate que permita salvar la independencia de Comisiones Obreras y respete las diferentes corrientes que conviven en su seno.

Carrillistas, gerardistas y prosoviéticos -apelativos con los que se conoce a los partidarios de las líneas encabezadas respectivamente por Santiago Carrillo, Gerardo Iglesias e Ignacio Gallego- luchan por el control de CC OO, intentando desplazar de los órganos de dirección a dirigentes no afines a su propia ideología. Carrillistas y prosoviético se han unido en un frente común para evitar ser marginados de los órganos de dirección.La situación ha desembocado en una petición formal de Julián Ariza, que el pasado martes propuso la celebración de un consejo extraordinario para "debatir la unidad, el pluralismo y la independencia" del sindicato. Ariza explicó que lo sucedido en la federación de Construcción de Madrid era un ejemplo claro de cómo se estaba intentado desplazar desde posiciones gerardistas a hombres de otras tendencias. Su propuesta fue rechazada por un escaso margen de votos.

El secretario general de Construcción de Madrid es José Luis Nieto, gerardista, que cuenta con una ejecutiva de mayoría carrillista. El secretariado elegido resultó de esta última tendencia. Sin embargo, según fuentes del sindicato, la federación estatal de Construcción decidió suspender durante seis meses a toda la ejecutiva y nombrar una gestora de tres miembros de línea gerardista.

La federación de Construcción de Madrid no es un hecho aislado. Y los citados medios han explicado que Joaquín Navarro, histórico líder del transporte de CC OO, ha sido suspendido de militancia durante seis meses por romper los servicios mínimos en la reciente huelga del transporte urbano de Valencia. "En el fondo", señalaron, "no hizo más que cumplir las consignas del sindicato".

Instrucciones concretas

El comité regional de Madrid del PCE remitió recientemente una carta a esta federación en la que se advierte que las escisiones registradas en el partido pueden tener consecuencias graves en el movimiento obrero, "y todos los indicios apuntan a que será en este frente donde se centre la actividad de los escisionistas con mayor virulencia".El escrito pide una relación de "los camaradas que trabajen en este sector", para tener una reunión "de cara a un posible congreso extraordinario".

También el Partido Comunista de Andalucía (PCA) ha dictado una resolución interna sobre la situación de CC OO del Campo, en la que advierte que los escindidos del PCE han llegado a un acuerdo que tienen como objetivo "ir contra el PCA desde las estructuras del sindicato, con el consiguiente deterioro de CC OO". Por lo tanto, añade el escrito, "debemos evitar, que nuestros dirigentes sean desplazados de los órganos de dirección, así como conquistar la mayoría en aquellos comités donde la hayamos perdido".

Julián Ariza confirmó ayer la existencia de estas tensiones y no negó que se diera una coincidencia en este caso entre carrillistas y prosoviéticos. "Ambas tendencias estamos de acuerdo en estos momentos en que el sindicato debe mantenerse al margen de las luchas del partido y que hay dejar en libertad a los militantes para que cada uno tome su opción política. Nuestra organización siempre ha presumido de pluralismo. Lo único que pedimos es que ahora se respete. Yo confío en que el tema se solucione sin ingerencias del partido"'

Las tensiones internas de CC OO tuvieron su máxima expresion en el último Congreso Confederal en el que la línea carrillista, defendida por Julián Ariza, salió aparentemente derrotada, al tomar partido Marcelino Camacho por el sector mayoritario, lo que le valió un voto de castigo a la hora de su reelección. Posteriormente, se ha producido un fortalecimiento de los carrillistas que han impuesto su política sindical en la práctica del sindicato. Esto provocó fuertes tensiones entre los dos sectores que, al trascender a la opinión pública en el pasado mes de octubre, se convirtieron en un reagrupamiento de toda la organización en torno a Marcelino Camacho.