La anunciada huelga arbitral oculta un conflicto entre la Federación y los clubes
La anunciada huelga de árbitros de baloncesto se ha convertido en el tema introductorio de la Liga de baloncesto. Lo curioso de este caso es que existe un acuerdo desde hace una semana por lo que el supuesto conflicto no ha originado frecuentes reuniones entre las partes interesadas -Colegio Nacional de Árbitros (CNA), federación y asociación-, sino más bien todo lo contrario: escasas llamadas telefónicas y ninguna larga entrevista. Sin embargo, una reunión urgente federación-asociación en la noche de ayer despejó la realidad del conflicto: las diferencias entre ambas entidades.
Cuando el conflicto de los árbitros, que se empeñaban en amenazar con una huelga durante la jornada inaugural de la Liga, el próximo sábado, era el protagonista de las crónicas previas al campeonato, una convocatoria urgente de reunión entre dirigentes de la Federación de Baloncesto y de la Asociación de Clubes despejó la realidad del conflicto. Ayer por la noche estos representantes discutían por varios temas, pero el último punto del orden del día, era el asunto de los colegiados. Nadie le daba importancia, entre otras cosas porque ya existía un acuerdo, pero el conflicto se usaba para provocar una reunión. Los temas candentes eran las relaciones entre ambas entidades.La independencia de la Asociación de Clubes, que ha conseguido competencia exclusiva en la Liga y en la Copa del Rey a todos los efectos, no es del agrado de algunos dirigentes federativos. Esta independencia les permitía un reglamento especial y un Comité de Competición propio, formado por una sola persona, el abogado Evaristo del Rio. Ahora, la federación, no quiere aceptar este comité y quiere volver al anterior. La Federación intenta repescar algunas competencias perdidas y, para ello, utiliza como pantalla el asunto de la huelga de árbitros, cuestión que si es de su competencia.
Abono encubierto
Esta cuestión fue suscitada por los colegios regionales de árbitros, y las causas son económicas. El conflicto tiene su origen en que los colegios de árbitros expedían una licencia, para cualquier categoría, en la que se incluía la compensación de que el colegiado podía asistir con su carné a todos los encuentros de competición oficial. Este hecho es lo que los clubes han calificado como venta de un abono encubierto. Por 1.000 pesetas, en algunos casos, un modesto árbitro, un joven de 16 años por ejemplo, podía ver baloncesto gratis todo el año. El sistema del abono encubierto servía de gancho para ir reclutando colegiados. Los colegios hacen valer que suprimir el derecho a ver partidos puede poner en peligro sus ingresos anuales, en cantidades que se estiman entre los 7 y los 9 millones de pesetas.El interés creciente por la competición, sobre todo en Primera División, comenzó a - provocar los primeros problemas, al darse cuenta algunos clubes de que en un partido importante entraban más de 200 colegiados. Los clubes, de forma generalizada, tendieron a prohibir cualquier pase de favor.
El problema se reproduce ahora, días antes del comienzo de la Liga. Sin embargo, entre la Asociación y Ángel Sancha, presidente del CNA, había acuerdo previo: dejar entrar a colegiados y jueces de mesa de las categorías de Primera y Primera B, y establecer un cupo de 25 localidades para repartir entre el resto. Los colegios, sin embargo, no lo aceptan y solicitan un cupo del 5% del aforo. Ahora bien, Ángel Sancha no presiona a la Asociación, porque sabe que los clubes buscan, unánimemente, su cese. Duda en mantener otro pulso, pero su fuerza, el apoyo de los colegios regionales, se resquebraja.
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