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Reportaje:

Hacer 18 hoyos con 14 palos

El golf, aunque todavía no es barato, ya no es el deporte elitista de antaño

Antonio Guerrero

El golf está ganando cada día más adeptos en España. Los éxitos de Ballesteros, Cañizares o Piñero, han significado para muchos el descubrimiento de un deporte que hasta ahora consideraban aburrido. Pero los nuevos aficionados, al contrario de lo que ocurre con otros deportes, no sólo se conforman con mirar.Jugar al golf no es barato pero, según sus practicantes, tampoco es un deporte de los más caros. Sin embargo algo tiene todavía de elitista. De hecho, desde que se comenzó a jugar en España, en 1891, los primeros clubes fueron privados y los jugadores gente de alta posición. Bastantes años después, con la llegada de los primeros turistas y la consiguiente demanda de instalaciones de golf, en las zonas costeras se construyeron campos.

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Actualmente, el golf está más popularizado gracias a los éxitos internacionales de los jugadores españoles, y son muchos los que desean iniciarse. Para ello lo primero que deben hacer es comprarse un equipo. No es necesario, al principio, el juego completo de 14 palos. Con medio juego (dos maderas, tres hierros y putt) es suficiente. El precio de estos, palos puede costar desde 30.000 pesetas en adelante.

Luego tendrá que hacerse de un club en el que le exigirán pagar una cuota de inscripción, cuota que oscila según el número de socios y de las instalaciones, o bien acudir a cualquier campo público o club en el que dejen jugar a los que no son socios. En este último caso tendrá que pagar la entrada al club, además de lo que le cueste entrar al campo o las clases del profesor. Por ejemplo, en él Club de Campo Villa de Madrid, a un jugador no socio el green fees (jugar en el campo) le cuesta 1.050 pesetas (2.100 los días festivos), más 800 pesetas de la entrada (1.600 los festivos). Una hora fija de clase cuesta 1.200 pesetas y 1.350 si no se ha reservado con anterioridad.

El precio del green fees lógicamente varia según el campo. Normalmente el precio oscila entre 200 y 4.000 pesetas. No en todos los campos puede entrar un jugador que no sea socio, pero, según datos facilitados por la Real Federación Española de Golf, se puede entrar aproximadamente en el 70% de los 80 campos existentes en España. En algunos clubes privados se puede entrar acompañado por un socio o siendo presentado por éste.

Por supuesto, para poder acceder a estos campos hay que hacerse "jugador independiente" por medio de la federación territorial, la cual indica el handicap del jugador. Con ello se persigue el que un principiante, que apenas sepa jugar, no entre en el campo y retrase el recorrido de los demás. Actualmente la licencia anual federativa cuesta 3.000 pesetas, para jugadores con handicap (1.000 pesetas piara los que no lo tienen). Los juveniles, hasta los 21 años, pagan 1.000 pesetas y los infantiles, hasta los 14, 500 pesetas.

Existen unas instalaciones cubiertas, canchas, en las que los profesores imparten la enseñanza básica del golf a cualquiera que acuda a ellas. En Madrid está Scratch, en la calle Castelló, 64; y en Barcelona, Green Place, avenida Infanta Carlota, 145, y Cancha Golf, calle Calvet, 69. Una hora de clases, con utilización de la instalación y préstamo de palos y bolas, cuesta alrededor de 1.500 pesetas.

Según Jesús Simarro, profesor del Club de Campo Villa de Madrid, la edad ideal para iniciarse en el golf está entre los 7 u 8 años, aunque lo normal es que la gente comience a partir de los 20. El número de hombres principiantes es igual al de mujeres. Es conveniente tener unas condiciones físicas mínimas, aunque no hay que tomarse a rajatabla el modelo de jugador ideal, que, según los expertos, debe medir 1,80 metros y pesar 80 kilos.

Los primeros pasos para iniciarse en el golf son aprender a coger el palo y los movimientos, principalmente el swing. Luego, el alumno se pasará horas y horas lanzando bolas contra una red o desde las casetas de un campo de prácticas. Cualquier principiante lanza unas 100 bolas por hora. También aprenderá la técnica de juego en un bunker o en el putting green, obstáculos similares a los de un campo. Lo que más les gusta a todos los principiantes es golpear fuerte a la bola, aunque les cueste enviarla a cien metros.

Aprender a jugar al golf es difícil y requiere bastante tiempo. En seis meses, tomando dos clases semanales, un jugador empieza a "soltarse". Pero hasta que no pasa un año o año y medio, según Simarro, no pueden salir al campo con la garantía de divertirse y no ser un estorbo para los demás. Incluso en las primeras salidas conviene ir acompañado por un profesor, "porque el campo es completamente diferente a lo que se ha aprendido. Algunos salen antes de tiempo y cogen vicios que luego son difíciles de corregir".

A partir de entonces, sólo queda reunirse con otros tres jugadores (al menos una vez por semana) para recorrer, en unas cuatro horas, los 6.600 metros de un campo de 18 hoyos (algunos sólo tienen 9 y otros 36) intentando al menos igualar el par de 72 golpes. Así se sigue practicando para poder jugar en las competiciones que, con cierta asiduidad, organizan los clubes para que los nuevos jugadores rebajen su handicap.

Guía de campos de golf en páginas siguientes.

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