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La Liga de fútbol 1985-1986 comienza hoy, con cinco partidos de Primera División

Molowny: "Los chicos tienen que sufrir en el marcaje"

El Madrid inicia mañana la Liga en el Benito Villamarín, ante el Betis, y ni siquiera Luis Molowny, su entrenador, conoce a ciencia cierta qué equipo aparecerá sobre el césped por el que Gordillo se ha paseado como ídolo durante los últimos años. Molowny sí tiene claro algo: "Quiero olvidar el primer tiempo contra el Bayern lo antes posible". Mientras aguarda a que llegue la amnesia, Molowny sigue preocupado porque no encuentra la regularidad de un bloque, pero confiado en la "categoría individual" de sus jugadores, y esperanzado en que "los chicos" se mentalicen: "Tienen que sufrir en los marcajes".

Luis Molowny, El Mangas, cuenta además de con su experiencia y trabajo, con una baza psicológica de primera magnitud, dado el carácter en ocasiones entre infantil y supersticioso de los futbólistas: casi todos los que componen la' plantilla blanca están convencidos de que este canario ha nacido con estrella. Y eso, en fútbol, cuenta a veces tanto como buscar y hallar un buen Sistema de juego o corregir posiciones sobre la marcha si el equipo anda a la deriva.Es decir, los chicos del Madrid intuyen que, en cualquier momento del partido, una mirada al banquillo y la comprobación de que ahí está Molowny puede convertirse en el resorte necesario para que la calidad individual de cada uno de ellos explosione de repente. Como ante el Bayem.

Por si acaso, Molowny no se fía. Ni de la "evidente categoría técnica de los jugadores de la plantilla, suficientemente con trastada", ni de esos rasgos de fortuna que parecen acompañar su trayectoria profesional. En el vestuario blanco, los jugadores responden con reciprocidad a los elogios individuales contrasta dos que de ellos realiza su técnico. El carácter poco conflictivo de Molowny sirve para atempe rar tensiones q'ue nadie parece buscar este año, y su buena es trella también es algo "contrastado" entre sus chicos. Molowny suele afirmar que sólo cree en el trabajo, y en ello anda. Tiene que insistir en la mentalización de sacrificio en el marcaje, el pan nuestro de cada día durante la pretemporada. "Debemos seguir haciéndolo, los chicos están capacitados para ello, y lo han demostrado en algunas ocasiones en las que han sabido reaccionar y mejorar sus posiciones en el campo". Cuando se le pregunta al técnico madridista si cree que sus jugadores parecen confiados en ganar sólo jugando al fútbol, sin destruir, Molowny vuelve a demostrar su diplomacia: "No es eso, ellos se dan cuenta, pero siempre no salen las cosas como uno desea. Es evidente que para jugar la pelota tienes que recibirla o quitársela al contrario. Así que hay que estar encima del rival para robarla".

La clave, pues, sigue estando en encontrar la fórmula adecuada para que un equipo plagado de futbolistas capaces de desequilibrar con su calidad cualquier signo de cualquier partido, presionen también a los rivales que llevan el balón. "Hay que fijar las posiciones, no descuidarse. ¿Desobediencia? No, no se trata de eso, son las circunstancias. Cuando se juega mal se corre menos y se cansa uno más".

También hay quien razona en la plantilla con capacidad de análisis que este equipo incógnita capaz de pasar de la humillación al éxtasis con apenas un intervalo de 15 minutos y cuyos miembros creen casi obsesivamente que marcando el primer gol el tema está resuelto- necesita "pensar más que correr".

En el primer tiempo contra el Bayern, punto de referencia obligado, es seguro que Molowny tiene razón en la falta de presión del centro del campo y de los puntas ante los contrarios, pero también es probable que hasta el descanso no se pensara en la manera más conveniente de ajustar con exactitud las piezas en el marcaje. Porque hubo jugadores que actuaron primero intentando tapar a los jugadores que entrasen por su zona, y, sin embargo, se cambiaron los marcajes en el segundo período a pesar de que Molowny insiste en que "se dijo lo mismo antes del partido. En el descanso sólo se recordó.

Por lo demás, Molowny es consciente de que "hay muchas cosas que mejorar aún". El Mangas le da vueltas al sistema idóneo para no dejar jugar al contrario; piensa en Chendo, San José o Sanchis para apoyar en determinados partidos a su trío centrocampista creador -Michel, Gallego y Gordillo-, y medita en la necesidad de colocar en el área, junto a Butragueño -mejor jugador del Torneo Bernabéu, Trofeo Corte Inglés, por unanimidad- y Hugo Sánchez, a algún rematador para hacer efectivos los centros de Gordillo. Maceda, lesionado ante el Bayern, era duda para el partido con el Betis.

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