Diana de Gales

aparece representada en una postal británica con el pecho al, descubierto, aunque ligeramente velado por una pajarita adosada al cuello. El sentido comercial ha dejado en segundo lugar esta vez al patriotismo, y el fotomontaje de lady Di en compañía de su esposo, el príncipe Carlos, heredero de la Corona, éste con traje oficial, se ha estado vendiendo con total impunidad en las tiendas. La voz de alarma surgió cuando un celoso funcionario de Correos de Birmingham descubrió en su saca tan osada postal y se lo comunicó a sus superiores, quienes recordaron que la ley prohíbe enviar por correo fotografías o publicaciones obscenas, por lo que era necesario estudiar tan espinoso caso. Los editores, por su parte, aseguran que sólo se trata de un chiste. Y un portavoz oficial de la familia real esquivó hábilmente la cuestión afirmando que no podía opinar sobre algo que no había visto.