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La sombra electoral de Jomeini

Los iraníes acudirán el viernes a las urnas para elegir un presidente ya bendecido por el 'ayatollah'

El Consejo de Vigilantes de la República Islámica de Irán, Shura e Neghaban, de 12 miembros examinó las documentaciones presentadas por_11 candidatos a las elecciones a la Presidencia, y decidió que sólo tres de ellos podrán concurrir a los comicios, que se celebrarán el próximo día 16. Los seleccionados han sido el actual presidente, hoyatoleslam Sayed Alí Jamenei; el -ex ministro de Comercio Habibollah Asghar Oladi, y el abogado Mohamed, Mostafavi Kachani. En caso de . que ninguno de los candidatos obtenga la mayoría absoluta de los votos, la Constitución prevé una segunda vuelta, él siguiente viernes posterior a la primera vuelta.

RAFAEL FRAGUASSayed Alí Jamenci, presidente de la República Islámica iraní desde octubre de 1981, ha recibido luz verde para su candidatura, hecho que despeja definitivamente las dudas previas sobre su presentación a la reelección. Una ley dero- gada recientemente, establecía que cualquier candidato debía tener plenas facultades físicas y psíquicas para poder presentarse a la elección. Se recuerda que el presidente Jamenei sufrió, en la prima- vera de 1981, un atentado que le inutilizó la mano izquierda, lo cual permitía interpretar aquella ley como un obstáculo real para la comparecencia de Jamenei a la reelección. Sin embargo, la ley quedó derogada y sustituida por otra que exige al presidente únicamente capacidad para regir los asuntos de esa magistratura. Alí Jamenei, elegido presidente en las elecciones de octubre de 1981 con 16 millones de votos del espectro de 16.800.000 votantes, según datos oficiales, parte en la carrera electoral como firme candidato a la reelección. Su figura política cuenta con respaldo en sectores de la cúpula político-militar del régimen, sus relaciones con Jomeini han sido siempre correctas y posee ascendiente sobre el hegemónico y casi único Partido de la República Islámica, de una de cuyas dos principales alas se le atribuye el liderazgo. Sin embargo, no se le asigna una influencia especial sobre el Cuerpo de Guardia- nes de la Revolución, poderoso brazo armado del régimen, aun que sí sobre el Ejército.

Es uno de los líderes islámicos más conocidos, ha destacado por su habilidad para contentar a las distintas familias políticas del poder iraní y por la popularidad que se granjeó siendo el conductor titular de la plegaria de los viernes en la universidad de Teherán, cometido del cual hoy se halla parcialmente apartado por sus funciones políticas dentro del Ejecutivo. Fue en aquellas prédicas de Teherán donde obtuvo, fama de excelente orador.

Jamenei no ha tomado partido pública y específicamente por ninguno de los principales grupos que configuran la estructura del poder en Irán y que a grandes rasgos pueden ser definidos como islámicos populistas o jomeinistas puros -de extracción social popular base de los Guardianes de la Revolución Pasdarán y del Komiteh (especie de policía civil de barrios)- e islámicos muy conservadores, hodjatieh -de extracción social o económica elevada, fuertemente implantados en el bazar y entre los cuadros dirigentes del Sepah Pasdarán, ejército revolu cionario, y del Komiteh- La base social del régimen, hezbollahi, fluctúa entre ambos sectores. A Jamenei los observadores le han asociado con una franja del segundo grupo denominada tabbavin.

Directrices de Jomeini

En el plano internacional, Jamenei se atiene a las directrices de Jomeini de continuar la guerra a ultranza contra Irak. Ha fortalecido los nexos iraníes con Siria, Argelia y, en menor medida, Libia, esqui vando adoptar posturas excesivamente beligerantes en contra de Estados Unidos o de la Unión Soviética.

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La reciente huida de una hermana suya a Bagdad, capital de un país en guerra con Irán desde hace 57 meses, fue interpretada como un hecho decisivo para apartar a Jamenei de las elecciones, pero ello no parece haber influido en el veredicto del Consejo de Vigilantes, finalmente favorable a su candidatura.

También compite a las eleccio- nes Habibollah Asgar Oladi, ex ministro de Comercio, quien cuenta con muy poderosos apoyos dentro del grupo hodjatieh, al que todos los observadores políticos le asocian. Este grupo, que mantuvo incialmente fuertes enfrentamientos doctrinales con los jomeinistas puros a propósito del principio del liderazgo del Guía, Velayat e Faqih, encarnado por el imam Jomeini, es el factor de poder mejor trabado dentro de la cúpula del régimen irani, por el poder real de sus miembros, no sólo en las altas esferas políticas del régimen, sino también en el mundo del bazar, la burguesía comercial iraní, sin cuyo aporte difícilmente Jomeini hubiera podido perpetuar su claro liderazgo.

Asghar Oladi se destacó por su intensa lucha contra los comunistas del Partido Tudeh, cuando el régimen de Jomeini mantenía a este partido bajo una tolerancia vigilada, que fue rota abruptamente con la proscripción absoluta de este grupo y el encarcelamiento de sus dirigentes y de buena parte de sus militantes, en marzo de 1983.

El tercer candidato aceptado por el Consejo de Vigilantes, órgano que viene a ser una suerte de Tribunal Constitucional, es el abogado Mohamad Mostafavi Kachani, hijo del ayatollah del mismo nombre, que destacó en el período en el que el líder nacionalista Mohamad Mossadeg acometió la nacionalización del petróleo, en los albores de la década de los cincuenta. Mossadeg fue derrocado poco después en un golpe que los observadores políticos internacionales siempre han considerado que estuvo auspiciado por la Agencia Central de Inteligencia norteamericana. Mohamad Kachani, muy poco conocido políticamente, pertenece al Partido de la República Islámica, casi único en el panorama político iraní. Este partido arrastra la celebración de su Congreso desde principios de este año, sin que se tengan noticias de que se haya reunido. Los observadores atribuyen esta dilación al deseo de evitar enfrentamientos en su seno, entre grupos rivales supuestamente aglutinados alrededor del presidente, Alí Jamenei, y del poderoso hoyatoleslam Alí Akbhar Hashemi Rafsanjani, presidente del Majlis (parlamento) y representante del imam Jomeini en el Consejo Superior de Defensa. Estos supuestos enfrentamientos no trascienden hacia el exterior del PRI y sobre ellos no existen datos de absoluta fiabilidad.

Se cree muy probable que el presidente elegido en las urnas cambie al actual jefe de Gobierno, Mir Hussein Mussavi, que encuentra duras resistencias dentro del Parlamento. Los diputados rechazaron reiteradamente los nombres, propuestos por él para cubrir cinco ministerios. El ministro de Asuntos Exteriores, Alí Akbhar Velayati; el ex primer ministro, ayatollah Malidavi Kani, un hombre de gran importancia dentro del régimen; el ministro Hasan Habibi, e, incluso, el del hoyatoleslam Rafsanjani, son algunos de los nombres que se barajan para sustituir a Mussavi al frente del Gobierno, pese a que éste ha contado hasta ahora con el respaldo del presidente Alí Jamenei.

Ausencia de oposición

El marco general de los comicios no permite pensar en la existencia de condiciones de pluralidad política y social parangonables a las de los comicios celebrados en democracías occidentales. No hay más partidos que los de estricta

La sombra electoral de Jomeini

obediencia jomeinista, como el Partido de la República Islámica, o bien pequeñas formaciones islámicas sin importancia política real, o el exiguo partido Movimiento de Liberación de Irán, nacionalista, del ex primer ministro Mehdi Bazargán y de Ebrahim Yazdi, candidatos presidenciales ambos rechazados por el Consejo de Vigilantes. Éstos preconizaban un final negociado para la espinosa guerra irano-iraquí, que se perpetúa sin desenlace desde septiembre de 1980.No existe un solo órgano de Prensa de oposición al régimen. Uno de los medios hasta ahora existentes, Azadegan, que sólo en ocasiones se permitía críticas muy matizadas al régimen, ha sido clausurado hace cuatro semanas. La comparecencia de los candidatos ante la televisión y otros medios queda garantizada por la ley durante el período electoral.

El principal reto que estas elecciones acarrean para el régimen iraní es el de cómo encarar con respuestas concretas un nuevo mandato presidencial de cuatro años ante cuestiones de interés popular palpitante, como es el desenlace de la interminable guerra irano-iraquí, la superación de la grave situación social y económica derivada de su continuación y la creciente demanda de libertades políticas. Las reformas acometidas hasta ahora por el régimen han sido de alcance limitado, según reconocen los dignatarios islámicos, que lo atribuyen a la "guerra impuesta por Irak" y a los "complós imperialistas". La oposición, proscrita casi en su conjunto, considera las reformas "inexistentes". Ésta, globalmente considera que se ha retrocedido en muchos aspectos con relación a niveles de bienestar alcanzados durante el reinado del derrocado sha Reza Pahlevi.

Ninguno de los tres candidatos seleccionados ha mostrado abiertamente un programa encaminado a zanjar la contienda con Irak, ni por medios militares ni políticos, lo cual puede hacer crecer los pronósticos sobre los índices de abstención respecto a elecciones anteriores.

Boicoteo

Para las formaciones de la perseguida oposición, muyaidin, comunista y monárquica, no existe garantía alguna de pluralidad ni democracia en estas elecciones, por lo cual invitan al boicoteo. La organización político-militar de los Muyaidin del Pueblo, que encabeza Masud Rajavi desde París, define los comicios como "un montaje con el que Jomeini quiere dotarse de una estabilidad que no existe, para seguir reprimiendo despiadadamente a la oposición".

Para los comunistas, que acaban de acordar con la Organización de los Fedayines del Pueblo (mayoría) un programa en el que por primera vez preconizan el derrocamiento del régimen y el descarte abierto de cualquier fórmula islámica para Irán, las elecciones del día 16 "tratan de camuflar el giro antipopular y proimperialista iniciado hace dos años por el régimen".

También los monárquicos, aglutinados en torno al ex primer ministro Alí Amini y al también ex primer ministro Shapur Bajtiar, unidos recientemente tras una visita de Ciro Reza Pahlevi a París, se oponen a las elecciones y consideran los comicios una "farsa" e instan al rechazo electoral.

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