Salvador Laurel: "La oposición filipina está preparada para ganar la presidencia"
Salvador Laurel, de 56 años de edad, dimitió de su cargo de senador tras el asesinato del líder de la oposición, Benigno Aquino, el 21 de agosto de 1983. Desde entonces, Laurel, jurista vinculado a la banca, trabajó en la formación de la United Nationalist Democratic Organisation (Unido), que agrupa a las formaciones opositoras Partido Nacionalista, el liberal y movimientos de derechos humanos, entre otros, que le nombraron candidato presidencial el 16 de junio. Laurel se muestra optimista: "La oposición está preparada para ganar la presidencia".
Laurel no desea esperar hasta 1987, fecha prevista para la elección presidencial, y quiere celebrarla cuanto antes, no más tarde de los comicios locales de la primavera de 1986. "La oposición está preparada para ganar la presidencia", dice en su despacho de Makati, el barrio de los negocios de Manila, en una entrevista concedida a EL PAIS.Laurel considera que se respetarán los acuerdos sobre las bases militares de EE UU hasta 1991; que es posible un acuerdo con la guerrilla y que una salida de Marcos servirá para la recuperación de la economía de Filipinas. En relación con España, país que visitó en dos ocasiones, Laurel considera que "hay que incrementar las relaciones, incluso recuperar la enseñanza del español en Filipinas".
"La fecha de 1987 es demasiado tardía", dice Laurel, "porque Marcos está enfermo; la economía está enferma; hay zonas donde la gente pasa hambre; y la insurrección de la guerrilla es cada vez más importante".
Pregunta. ¿Cuál es la situación de la guerrilla?
Respuesta. Regreso de una reunión de información con los militares, y el deterioro de la situación es muy serio. Por ejemplo, en Davao, en la isla de Mindanao, hace seis meses las muertes violentas eran de una persona cada tres horas. Hace dos semanas había ya cuatro muertos cada hora. Y no sólo es en Davao, sino también en Cebú, en Negros, en Bicol, Sierra Madre, Luzón y hasta en el área cercana a Metro-Manila, donde los guerrilleros del Nuevo Ejército Popular (NPD) son cada vez más activos y los militares empiezan a perder el control de la situación.
P. ¿Hay divisiones entre los militares?
R. Los militares están en un momento de credibilidad muy, muy bajo, debido a los abusos contra la población civil. También hay desmoralización en las filas por los bajos sueldos, por las dificultades de promoción y porque los altos mandos no se retiran y llevan una vida lujosa.
Un Gobierno que nadie quiere
P. ¿Aceptarían los militares una solución que afectase a las instituciones políticas del país?R. La solución pasa por una rápida elección presidencial, limpia y honesta, para que los filipinos puedan expresar su deseo de cambiar un Gobierno que está en el poder desde hace 20 años, 13 de ellos con poderes absolutos, con poderes de ley marcial. Nadie quiere ya este Gobierno. Y sólo una vez elegidos nuevos gobernantes es posible una reforma en todos los sentidos.
P. ¿Y la guerrilla? ¿Es posible esperar un compromiso político, si hay elecciones libres?
R. Las reformas deben ser de todo tipo, incluida la redacción de una nueva Constitución que vele por los derechos de todos los filipinos, acompañada de una amnistía general que incluya a los guerrilleros. Tengo la seguridad de que el 90% de los miembros de la guerrilla aceptará la amnistía, porque son realmente gente quemada por la represión y la decepción por el régimen de Marcos.
P. Ningún dictador ha dejado nunca el poder de manera voluntaria.
R. Es verdad; Marcos nunca se irá, como tampoco aceptará una reforma, y menos ahora, que todos los factores presionan contra él. Éste es uno de los mayores problemas. ¿Cuál será la reacción de Marcos si pierde, como todo deja prever, la elección? ¿Se irá del país? ¿Habrá problemas de seguridad, como ocurrió con Anastasio Somoza en Nicaragua?
P. ¿Qué opina de la campaña Impeach Marcos o Fuera Marcos, y de la recogida de firmas para que Marcos dimita?
R. La gente ha llegado al límite de su paciencia, sobre todo después de los escándalos revelados sobre la fabulosa salida de capitales del país, entre cuyos principales autores figuran Marcos y su esposa, Imelda, junto con otros ministros e, incluso, gente vinculada con la oposición que han desangrado el país en divisas. Este tema será uno de los principales de la campaña electoral.
P. ¿Influirá también en la elección el resultado del juicio contra los 25 militares y un civil presuntamente implicados en el asesinato de Benigno Aquino?
R. El mundo político y la Prensa consideran que el juicio puede acabar blanqueando a los principales militares hoy en vías de proceso, y que, incluso, en el caso del general Fabián Ver, ex comandante supremo de las fuerzas armadas, puede volver a algún otro cargo militar de notable influencia en los asuntos de seguridad política.
P. El día, 21 se conmemora el segundo aniversario del asesinato de Aquino. ¿Qué reacción Po pular se espera?
R. Habrá una gran manifestación, no sé de qué dimensión, pero seguro que reunirá a decenas de miles de personas, que protestarán no sólo por el asesinato de Ninoy Aquino, sino también por la crítica situación que atraviesa el país y para pedir la dimisión de Marcos.
P. ¿Cuál es su posición sobre el papel de EE UU en la crisis filipina?
R. La política de EE UU debe cambiar, porque la gente no quiere a Marcos. Washington debe actuar en consecuencia.
P. ¿Y respecto a las bases militares estadounidenses?
R. Nuestra posición es de respeto de las bases hasta la expiración del actual acuerdo en 1991, aunque no nos gusta tener ningún tipo de bases extranjeras en nuestro territorio, ya sean americanas o fueran soviéticas o chinas, porque supone una reducción de nuestra soberanía, como ocurre, creo, también en el caso de España.
P. ¿Y después de 1991?
R. Negociaremos un nuevo acuerdo y lo someteremos a referéndum del pueblo filipino.
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