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Ballesteros se salva de la eliminación por un solo golpe

ENVIADO ESPECIAL

Si al marcador central del Royal St. George's le hubiesen cambiado ayer el nombre de Open Británico por el de cualquier trofeo de aficionados, muy pocos espectadores se hubieran extrañado de los resultados que se produjeron en la segunda jornada, que se disputó bajo un fuerte viento y rachas de lluvia. De los 153 participantes, sólo dos bajaron de los 70 golpes, que es el par del campo. La mejor tarjeta fue el 68 del irlandés Eamon Darcy; la peor, la del jugador aficionado Purdie, con 87. El mejor español clasificado es Emilio Rodríguez, sexto, igualado con otros cinco jugadores, con 141; los peores, los hermanos Ballesteros, Severiano y Manolo, con 149. El torneo se quedó sin Jack Nicklaus, y Severiano se salvó porque el viento también perjudicó al resto, y el corte eliminatorio de la segunda jornada se cerró a partir de 150 golpes. El liderazgo lo comparten el escocés Sandy Lyle y el australiano David Graham, con 139 golpes.

El viento sopló tan fuerte ayer en Sandwich que los viejos aficionados a este torneo no tuvieron más remedio que acordarse de la anécdota del fore. Esta palabra inglesa, cuyo significado en castellano, según la jerga del golf, podría ser fuera, tiene su historia en el Royal St. George's. Sucedió en el partido entre dos socios del club. Uno de ellos, al lanzar la bola hacia parte del público, gritó ¡Fore!, pero con tan mala fortuna qué al abrir la boca, el viento, que debía soplar tan fuerte como ayer, le quitó la parte superior de su dentadura postiza. Lo que el viento se llevó ayer en Sandwich no fue ninguna dentadura, pero sí al legendario Jack Nicklaus y a otro par de campeones como el británico Tony Jacklin y al norteamericano Bill Rogers, que resultaron eliminados. En 24 años en el torneo, Nicklaus había sumado tres títulos (1966, 1970 y 1978) y siete subcampeonatos.

Los problemas de Sandwich

Sandwich fue ayer un lugar de incertidumbre. Cuando Manolo Ballesteros salió al campo, a las 7.30 horas, lucía un espléndido sol. Cuando su hermano, tres horas más tarde, llevaba cuatro hoyos, el viento empezó a arreciar y la lluvia comenzó a caer.Los golpes cortos no entraban y los largos no llegaban con precisión. En el ocho empezó su racha de golpes malos. "Si estás ahí fuera", explicó Seve en la rueda de prensa, "y hace viento, llueve, tienes frío y además los golpes no entran, puedes llegar a perder la paciencia". Las circunstancias obligaron a Seve no sólo a perder su paciencia sino su juego, que decreció en el hoyo 10, con otro bogey; y alcanzó su grado más elevado de errores en los últimos cuatro hoyos con sendos bogeys.

El mejor español del torneo es Emilio Rodríguez, un malagueño con la salsa propia de su tierra natal: "Anda, si gano yo este torneo, ya verás lo que se van a reir en mi pueblo". Emilio inició su recorrido con un golpe más en los hoyos dos y cuatro. "Aún estaba frío y me faltaba sensación de triunfo en mis brazos". Recuperó terreno en los hoyos 7 y 11, donde hizo un golpe menos; en el 14 volvió a subirse y en el 16 consiguió otro birdie. Acabó en el 18 metiendo un golpe corto desde cuatro metros que ya hubiesen firmado muchos jugadores ayer. No dejó de sonreir al público y comentó: 'Mi drive es una máquina. ¡Qué mal jugador soy! Hoy he podido hacer un 65", bromeó. Ocupa el sexto lugar, tras ganarse un puesto en el torneo en la fase clasificatoria, donde quedó en primer lugar.

Incluso los dos únicos jugadores que bajaron del par -Darcy y Langer- se quejaron de las condiciones climatológicas. Darcy consiguió sus 68 golpes en la mañana, cuando el tiempo aún no era tan nefasto, pero comprendió el esfuerzo que tuvieron que hacer el resto de jugadores. Langer demostró que este es su mejor año. Con sus 69 golpes desbancó a Ballesteros del primer puesto en las apuestas, que había conservado el español a pesar de sus 75 golpes del primer día. El campeón del Masters tiene ahora 141 golpes, uno sobre par. "Nunca había jugado en unas condiciones tan malas", dijo el alemán. "El par del campo bien podrían haberlo puesto en un 74 o 75", señaló.

Christy O'Connor, líder de la primera jornada, tampoco estuvo afortunado. Sus 64 golpes del jueves se convirtieron ayer en un 76. El torneo entra ahora en una fase en la que puede ganar cualquiera, pero los que tienen más números para anotarse el triunfo son Langer, Lyle y Graham.

Los españoles se salvaron todos de la eliminación. Manuel Piñero, con 144 golpes, es el segundo mejor clasificado. Piñero sigue demostrando que este es un campo que le va a su medida. Ayer, sólo se subió tres golpes más, fallando en los dos últimos hoyos cuándo el sol trataba de abrirse paso entre las nubes. Piñero realizó el recorrido acompañado, precisamente, del australiano Graham, líder de la prueba. Tras Piñero, José Rivero, con 146; Cañizares, con 147; el aficionado, José María Olazábal, con 148, y los Ballesteros con 149. Severiano está así a 11 golpes de los dos líderes a falta de las dos últimas, jornadas.

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