Las elecciones de mañana en México, prueba para la credibilidad del sistema

Las elecciones para la Cámara de Diputados y siete puestos de gobernador que se celebran mañana en México constituyen una piedra de toque sobre la credibilidad del sistema electoral y abren la posibilidad de que, por primera vez en la historia del país, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pierda el gobierno de uno de los Estados.

El diario Excelsior publicó esta semana una encuesta sobre la credibilidad del sistema, realizada en el distrito federal por el Instituto Mexicano de Opinión Pública. A la pregunta de si "usted cree que los resultados de las próximas elecciones de julio serán verdaderos", sólo un 13% respondió afirmativamente, un 55% opina que "serán falsos" y un 32% "no sabe, no contesta". En la misma serie de encuestas, a la pregunta "¿quién miente más?", los políticos encabezan la clasificación con un 59%, seguidos de los funcionarios públicos (un 26%), los periodistas (un 18%) y los policías (un 13%). Estos resultados son demoledores respecto a la falta de credibilidad del sistema. Ante las elecciones de mañana no es extraño que se hable mucho más de alquimia electoral que de cibernética. El cómputo cibernético de datos no va a funcionar según los niveles habituales en otros países. Los votos de mañana sólo se conocerán dentro de una semana.La oposición de derechas del Partido Acción Nacional (PAN), que aspira a conseguir alguno de los dos puestos de gobernador en Sonora o Nuevo León, se ha curado en salud y anunció ya preventivamente que habrá fraude. Los mecanismos de fraude son tan numerosos que rebasan el espacio habitual de una crónica: desde las manipulaciones con los distritos electorales, según se consideren más o menos favorables al partido en el poder, hasta inflar o reducir el censo. Todo esto sin olvidar la posibilidad de impedir el acceso a los locales a los interventores de la oposición y lo que puede ocurrir durante esa semana entre la votación y la publicación de los resultados.

En Nuevo León, el PAN ha sacado a relucir un lenguaje militarista y asegura que "tienen listos a 8.000 soldados de la trinchera de la democracia", que tienen como misión recorrer las casillas electorales mañana. El presidente del PAN, Pablo Emilio Madero, un descendiente del legendario héroe de la revolución mexicana, dijo sobre el PRI que "estamos tratando con tahúres, con gentes que juegan con las cartas marcadas". El viernes, militantes del PAN habían ocupado y tomado comités electorales en algunas ciudades del Estado de Sonora y aseguran que los del PAN no estamos dispuestos a seguir siendo los payasos de cada elección".

Sentimiento antinorteamericano

La campaña electoral se realizó en medio de continuas referencias a la injerencia norteamericana. El PRI acusa al PAN de estar al servicio de Estados Unidos y financiado desde el otro lado de la frontera. Esto ha provocado una fuerte ola de acusaciones e informaciones antinorteamericanas, sobre todo por la presencia numerosa de periodistas gringos. El ambiente en México es de crisis, que se expresa estos días en una ola de especulación sobre el peso mexicano, cuya cotización en el mercado paralelo ha caído fuertemente respecto al dólar. Esto puede responder a los rumores de que después de las elecciones podría producirse una devaluación o un incremento de la tasa de deslizamiento, es decir, de caída permanente de la moneda mexicana frente al dólar.