Dos muertos en Tokio en lo que pudo ser otra catástrofe

La explosión de una bomba de relojería, colocada en un contenedor de equipajes de un Boeing 747 de la compañía Canadian Pacific Airlines, en el aeropuerto de Tokio-Narita, mató ayer a dos empleados e hirió a otros cuatro. El estallido ocurrió a las 7.50 (hora peninsular española), cuando era conducido hacia el lugar en el que los pasajeros debían recoger sus equipajes. El aparato, procedente de Vancouver (Canadá) y que había aterrizado 55 minutos antes, transportaba 374 pasajeros y 16 tripulantes. El ministro canadiense de Asuntos Exteriores, Joe Clark, condenó la explosión, que calificó de "atentado terrorista".Veinte minutos antes de la explosión había llegado a Tokio el ministro español de Industria y Energía, Carlos Solchaga.

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