El revanchismo como remedio a una cadena de sustos
Los sustos en cadena han aliviado el aburrimiento de los operadores, aunque es dudoso que este remedio sea mejor que la enfermedad. La resignación ante las pérdidas diarias (ayer el índice general flexionó otras 38 centésimas a la baja) parece indicar que casi todo el mundo se conforma con su suerte o con su desgracia.Pero en la última sesión algunos datos indican una mejoría en el horizonte: el descenso del martes fue inferior al del Iunes, al tiempo que aparecía el primer dinero dispuesto a entrar en el mercado. Parece evidente que casi todas las compras a crédito que vienen renovándose desde el pasado mes de febrero ya han sido vendidas con pérdidas, importantes, en algunos casos. Ésta puede ser una explicación -parcial, evidentemente- de la debilidad de la bolsa durante estos meses.
Estos inversores, lógicamente, deben sentirse bastante enfadados con el comportamiento bursátil, pero, al mismo tiempo, se encuentran ahora con dinero fresco en las manos y, seguramente, con ganas de pedir la revancha. Así, no sería extraño que la situación del mercado se modifique positivamente. En cualquier caso, los expertos prevén hoy un nuevo descenso, aunque confían que el índice general rebote en el 109%, con lo cual se detendrían las expectativas bajistas.
Las novedades económicas de Estados Unidos, por otra parte, ayudan a fomentar cierto clima de confianza a corto plazo. La rebaja fiscal anunciada por el presidente Reagan servirá para tomentar la actividad en aquel país, por lo que esa nación podrá mantener su papel de locomotora respecto a otros Estados capitalistas durante algunos meses más, justo hasta el momento en que el previsible aumento del déficit obligue a Washington a tomar medidas en este sentido. Recordando las previsiones del gurú de Wall Street, Henry Kaufman, será inevitable un aumento de los tipos de interés (quizá a finales de junio o principios de julio) para fomentar la llegada de nuevos capitales extranjeros. Teniendo en cuenta que las repercusiones de este proceso llegarán a Europa en el cuarto trimestre, los analistas piensan que las bolsas españolas pueden tirar para arriba durante los meses de primavera y verano, para luego flexionar a la baja en la última parte del año.
Los inversores españoles, de todas formas, parecen más preocupados ahora por los problemas domésticos que por los grandes asuntos económicos internacionales, por muy determinantes que éstos sean. Los operadores se ven afectados por el clima de indecisión que se vive a nivel político, respaldado por la impresión que están dejando los enfrentamientos socialistas, bien sea en el tema de las pensiones o en Andalucía.
Y, al mismo tiempo, se ven con cierto temor las medidas liberalizadoras sobre determinados artículos de primera necesidad para evitar tensiones inflacionistas. Ese anuncio, realizado antes de conocer el índice de precios al consumo para abril, da la sensación de que el IPC puede haberse disparado otra vez. Algunos analistas, sin embargo, consideran que la bolsa ya ha descontado hasta una subida del 1 % y que este factor de incertidumbre no debe cotizar a la baja.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.