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Los industriales europeos, contrarios a la liberalización del mercado textil

Rosa Cullell

La liberalización del mercado textil como consecuencia de la discutida derogación del Acuerdo Multifibra (MFA), por el que se protege y regula el sector, tendría un efecto negativo para los países desarrollados y especialmente para Europa, según el presidente de la Federación Internacional de la Lana, Ten Broeke.Los países en vías de desarrollo se han mostrado favorables a su derogación, pero ello, según los industriales textiles europeos, supondría un crecimiento sustancial de las exportaciones procedentes del Sureste asiático y una debilitación de los países industrializados. La posible derogación del acuerdo MFA será uno de los temas a discutir durante las jornadas de la Federación Internacional de la Lana, que se celebrarán esta semana en Barcelona.

El Acuerdo Multifibra (MFA) finaliza su período de vigencia en 1986. Este acuerdo, que ha estado en marcha durante los últimos 12 años, establece una reglamentación diferente para la industria textil a la que especifica el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) e impone una serie de ordenanzas unilaterales para proteger el mercado de la lana, el algodón y las fibras sintéticas.

Sin embargo, en los últimos años los países en vías de desarrollo han abogado por la no renovación del acuerdo, con lo que el sector pasaría a estar regulado únicamente por el GATT.

Según Ten Breoke, la idea del acuerdo multifibra MFA es permitir un crecimiento ordenado en el comercio textil, "pero, en los últimos años, los países en vías de desarrollo, al enfrentarse a un crecimiento alarmante de sus balanzas de pago, tienden a ver el acuerdo como un instrumento proteccionista que impide el incremento de sus exportaciones".

Por el contrario, y fundamentalmente para los industriales europeos de la lana y el algodón, la derogación del MFA liberalizaría excesivamente el mercado y permitiría la entrada indiscriminada de productos procedentes de países como Corea, Taiwan y China. Los países industrializados tendrían serias dificultades para poder competir con los mencionados países, que dedican casi el total de su producción a la exportación, en sectores como el de la confección.

Ted Broeke apunta también la situación de los países en vías de desarrollo, "la mayoría de los cuales impone barreras a la importación que hacen imposible la entrada de productos textiles europeos, por lo que si quieren un sistema de libre mercado ellos deberían primero abrir sus puertas".

El mercado norteamericano

Por otro lado, la actual situación de la industria textil lanera depende, en gran parte, según afirma el secretario de la Federación Textil de la Lana, William Lankin, de la puesta en marcha de medidas proteccionistas en Estados Unidos."Estas medidas", afirma, "cerrarían el mercado estadounidense, por lo que Italia, que es el mayor exportador a EE UU, debería buscar nuevos mercados". Ello afectaría gravemente a países como Alemania, Francia, Reino Unido o España, "que se verían inundados con productos textiles italianos". Sin embargo, los industriales internacionales de la lana esperan que, "con el descenso del dólar, las mencionadas medidas proteccionistas no entren en vigor".

Los principales productores de lana durante 1984 fueron Australia, con 773.000 toneladas; la URSS, con 485.000; Nueva Zelanda, con 391.000, y China, con 178.000. España produjo durante el pasado año un total de 31.000 toneladas de lana.

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