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El Real Madrid gana su séptimo título continental

De Carlos, el protagonista de la noche

J. J. F., El palco del Santiago Bernabéu fue anoche más nutrido y presidencialista que nunca. Seis presidentes, dos ministros y el conde de Barcelona lo componían, entre otras personalidades. Felipe González asistió al encuentro con Javier Solana, ministro de Cultura, y Javier Moscoso, ministro de la Presidencia. Además, el presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Joaquín Leguina; el del Consejo Superior de Deportes, Romà Cuyàs; el de la Federación Española de Fútbol, José Luis Roca, y los dos del Real Madrid, el saliente, Luis de Carlos, y el entrante, Ramón Mendoza. Los silbidos fueron para Joaquín Leguina, hasta cuando se encendía la luz del palco por equivocación, y los aplausos para el gran protagonista: Luis de Carlos. Una pancarta en la grada rezaba: "Gracias, don Luis, por todo". Era su despedida gloriosa cuando esa misma afición que le aplaudía le forzó a la dimisión hace sólo unas semanas.

Luis de Carlos comentó que esa pancarta le pagaba todo. Quitó importancia a la derrota y fue arrastrado por los jugadores -"no me pude negar", comentó- al césped. Sólo le faltó dar la vuelta de honor. Incluso hizo de comentarista: "El presidente del Gobierno entiende de fútbol. Lo ve con mucha clarividencia. Y ha dicho algo muy significativo: que lo importante es que un equipo español haya llegado hasta aquí no por casualidad, sino por méritos propios". El presidente saliente del Real Madrid, por obra y gracia de la eliminación del Inter y del Videoton, que se iba a ir con subcampeonatos únicamente, se marcha en olor de las multitudes que no siempre han respetado su caballerosidad intachable. Así es el público del fútbol.

"¡Qué grande es esto!"

Ramón Mendoza, que tomará posesión oficial de la presidencia del Real Madrid mañana viernes, a las 20 horas, dejó todo el protagonismo a Luis de Carlos. Desde el momento de ser elegido aplazó el traspaso de poderes para que su predecesor recibiera la copa. El nuevo mandatario se vio solo en el centro del campo al final del encuentro, cuando iba camino de los vestuarios, y comentó: "¡Qué grande es esto y qué difícil es meter un gol! Por eso los directivos no metemos goles. Lo importante para el futuro es que a los directivos no se nos suban las copas a la cabeza".

Quien no acertó en ningún caso fue el ministro de Cultura (y del deporte), que claramente parece entender mucho menos de fútbol que el presidente del Gobierno. Javier Solana comentó en el descanso del partido: "Me estoy divirtiendo mucho, mucho. Y estoy seguro de que el Madrid va a ganar". Esta última frase la repitió dos veces.

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