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Claes Hellgren, la psicología entre los palos

El 27 de octubre de 1984 fue el día más amargo de su carrera deportiva. Un encontronazo fortuito con dos jugadores en el transcurso de un partido internacional frente al Os Belenenses, de Portugal, en el polideportivo municipal de Santa Cruz de Tenerife, pudo haber truncado la carrera deportiva de uno de los mejores porteros del mundo de balonmano. Claes Hellgren, de 30 años, el sueco de lujo del Coronas-Tres de Mayo, superó en poco más de cuatro meses una grave rotura de ligamentos cruzados. A continuación volvió a entrenarse bajo la portería de su equipo. Hellgren fue designado, junto a Thiel (RFA), portero de la selección mundial de 1985. Hellgren cree en la psicología como uno de los fundamentos de la labor del portero de balonmano. Sobre ellos ha escrito tres libros.

Hace siete años, una lesión como la suya, la peor que puede sufrir un portero, habría supuesto la retirada del deportista. Era la primera lesión en sus 10 años de vida profesional. Cuando le retiraron el yeso, señala, "caminaba como un viejo". Trabajó muy duro con un fisioterapeuta, mañana y tarde, haciendo ejercicios físicos y pesas, hasta que recobró su elasticidad."El primer día que corrí, en febrero, sentí la misma alegría que si hubiera ganado un importante partido", indica. Su objetivo principal ahora es aumentar hasta un 25% más la potencia que poseía anteriormente en sus piernas para evitar una recaída o una deficiencia física. Su puesta a punto la completa con la práctica del badminton (juego deportivo de origen indio, parecido al tenis), en el que sobresale. No fuma y no bebe, odia las discotecas, adora el mar, posee un buen nivel intelectual y un romántico concepto del deporte. "Mi jugador ideal", dice, "sería el que se adaptara por igual a todas las disciplinas deportivas". Además de por el hadminton, siente predilección por el tenis, el fútbol y el baloncesto.

En Suecia simultaneaba su militancia en el balonmano con su participación como delantero centro en un equipo de fútbol de Segunda B y fue olímpico en Los Ángeles con la selección de su país. "En el balonmano de hoy falta imaginación", afirma Hellgren. Discrepa con el esquema imperante en este deporte, basado en la fuerza, y se muestra partidario del espectáculo. "¿Por qué Corbalán es la estrella del baloncesto español?", pregunta. En su opinión, responde "porque su juego es imprevisible y por las genialidades que sólo él es capaz de hacer". "El público paga", comenta, "para divertirse, como ocurría en los orígenes del deporte". El propio Hellgren ha demostrado con hechos sus palabras. En la Copa del Mundo de 1984, en Suecia, capturó un balón y se fue al ataque, abandonando la puerta, para marcar un gol con su mano zurda.

En Tenerife ha podido vivir del deporte. En Suecia, donde el balonmano está peor retribuido que en España, alternaba sus clases como profesor de matemáticas, biología y educación fisica con su actividad como portero. Posee muchos amigos en la isla, por cuya historia demuestra gran interés. Hace cinco años, el Atlético de Madrid se interesó por sus servicios, "pero mi equipo exigió seis millones por mi ficha".

Según Hellgren, el portero es el gran desconocido para el entrenador. No comparte la idea de que se nace portero y de que la intuición lo es todo para detener bajo los palos. "Es casi inimaginable parar un balón si se espera que el jugador dispare. Un jugador, cuando tira desde los nueve metros, imprime a la pelota una velocidad de algo más de 100 kilómetros por hora. El portero tendría que dirigir sus movimientos, por tanto, en 0.01 segundo. ¿Increíble, no?". Hellgren basa su método en la concentración psicológica y en el estudio profundo del estilo de cada jugador.

Ha publicado tres libros. Con Entrenamiento psicológico del portero, Estiramiento y flexibilidad de los porteros y Entrenamientos específicos para porteros ha revelado múltiples fácetas de la preparación del guardameta.

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