Rodolfo Martín Villa y la 'declaracion de independencia' de 1987

El Partido Demócrata Popular "no moverá la barca" de la Coalición Popular antes de las elecciones generales de 1986, según señaló recientemente el secretario general democristiano, Julen Guimon, y concurrirá a las mismas en compañía de Alianza Popular y del Partido Liberal -con el que el PDP mantiene constantes fricciones en el seno de la coalición- El mantenimiento de la coalición se da como seguro pese a las "difíciles" negociaciones con AP de cuotas de poder en Galicia y a las consiguientes amenazas de los democristianos de Enrique Marfani, que periódicamente ensayan aproximaciones a Coalición Galega.Sin embargo, los hombres de Óscar Alzaga han delineado ya una táctica alternativa "para después de 1986", en el caso, que ellos mismos admiten como probable, de que las cosas "no vayan excesivamente bien" en las elecciones legislativas.

Las elecciones autonómicas de 1987 en general y Rodolfo Martín Villa en particular tienen un papel clave en esta táctica de "progresiva independización del PDP como partido", algo que según advierten los sondeos no podría permitirse en la actualidad la formación de Alzaga. Martín Villa ha dado ya su consentimiento "en principio" para pasar a militar en el PDP; salvo sorpresas de última hora, derivadas de las guerras entre los diferentes partidos de la derecha y el centro por captar a las que fueron las principales figuras de la UCD, el anuncio oficial de este nuevo fichaje se hará antes del verano.

Con ello el PDP habrá arrebatado a AP -que mantuvo abundantes contactos con el ex ministro del Interior, cara a su posible incorporación al partido de Manuel Fraga- una figura clave ante las elecciones autonómicas en Castílla y León de 1987. A la vista del rechazo de Martín Villa a pasar al partido de Fraga, AP piensa ahora en situar al diputado abulense Jose María Aznar como futuro candidato a la Junta castellanoleonesa. Con ello podría llegar a producirse una pugna por la presidencia del Gobierno autónomo entre Aznar y el democristiano reconvertido Martín Villa; algo similar a lo que ocurrirá en Castilla-La Mancha entre el alíancista Arturo García Tizón y Javier Rupérez, uno de los vicepresidentes del PDP.

Obtener la presidencia de ambas comunidades autónomas, que totalizan 14 provincias, es considerado tanto por AP como por el PDP como un paso vital para la "paulatina recuperación de poder" tras las elecciones de 1986. Algo de esto se trasluce de las declaraciones hechas ayer por el secretario general de AP, Jorge Verstryrige, en Santiago de Compostela, donde aseguró, refiriéndose no solo a Galicia, que las próximas elecciones autonómicas supondrán un triunfo para Alianza Popular".

Según AP, además de este invierno en Galicia, donde estos días se negocian ya las listas y las "cuotas de poder" con el PDP, el partido podría obtener la victoria en las autonómicas de 1987 de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Baleares, Aragón, Navarra y La Rioja, lo que constituiría "un paso decisivo" para el triunfo en las elecciones generales siguientes.