Ni original ni distinto

Un realizador que va a estrenar un proyecto aprobado se propone siempre ofrecer, en la medida de lo posible, un programa que se parezca poco a cualquiera ya hecho; si no nuevo, ni original ni distinto. A -uan-ba-baluba -batan -bambu, la oportunidad última -no se entienda definitiva- de Carlos Tena, es un intento de noticiario musical que quiere parecerse a un telediario, que se parece a la revista La tarde, pero con locución doble y mixta, y también se parece al tono didáctico de El mundo de la música y de Los sabios, pero sin concurso ni batuta.

En un decorado de telediario alegre, aparecen detrás de dos mesas Tena -con chaqueta, camisa y corbata a la moda rosa- y su compañera Sandra Milhaud, que, seleccionada entre una cuarentena de aspirantes, es novata y nada profesional. Pierde su mirada ante la cámara y desentona en su lectura interrumpida y balbuciente. Es risueña, mas no espontánea.

Documentos no actuales

La primera parte de estos 60 minutos de espacios grabados pero presentados en directo comprendió, salvo el video-clip de John Fogerty, documentos no actuales, como la grabación rescatada de Los Brincos originales cantando Flamenco, el reportaje divulgador Qué es el reggae, el fragmento de la película American graffiti, de Francis Ford Coppola, e incluso el vídeo-clip de Billy Idol, que pertenece a un éxito de hace un año y que aún no se había emitido, Eyes without a face.Usan las mismas cuñas de separación que los informativos para pasar a otras secciones como El buzón. "Ésta la tenéis que hacer vosotros, la tienen que hacer ustedes", se expresó Tena en su intento de dirigirse a todos los públicos, desde los ultramodernos a "todos los carrozas del mundo", como él dice, con el riesgo posible de que ninguno se identifique con tal amalgama de piezas sin nexo ni ritmo apropiados.

El grupo Séptimo Sello, en desafortunada aparición en diferido, imitaron en play back una canción con título muy oportuno: Hombre mono en Madrid. Gabinete Caligari repitieron dicha fórmula, después de que Servando Carballar narrara en extensa parrafada la más que discutible independencia alternativa de su sello discográfico Dro.