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Los congresos provinciales del PSOE de Andalucía refuerzan la figura de Rodríguez de la Borbolla

Los congresos provinciales del PSOE andaluz reiteran estos días la tendencia de reforzamiento de la figura de José Rodríguez de la Borbolla, secretario regional del partido y presidente de la Junta autonómica. Sus hombres en las distintas provincias fijan las condiciones para llegar a acuerdos de integración en las nuevas ejecutivas, si bien ya han rechazado cualquier avenencia en Sevilla, donde han sido apartados de la ejecutiva provincial los hombres más proximos a Alfonso Guerra, vicepresidente del Gobierno. Un distanciamiento entre Rodríguez de la Borbolla y el alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, es el eje de las divergencias.

El congreso de Granada dio como resultado una ejecutiva de integración, que incluyó al alcalde de la ciudad, Antonio Jara, pese a que es de los pocos hombres señalados del PSOE andaluz que escapan de la órbita del secretario regional y presidente de la Junta. Para el congreso de Cádiz, próximo a celebrarse, está en marcha un probable acuerdo de integración, y lo mismo se espera que ocurra en otras provincias, a salvo de Málaga, donde existen conflictos de carácter interno que dificultan una eventual solución.Pero Sevilla ha sido la excepción notable a esta política de integración. El intento de que en la ejecutiva provincial entraran seis hombres próximos a Alfonso Guerra no se materializó, por lo que el denominado sector guerrista en Sevilla ha quedado fuera de la ejecutiva provincial. Este extremo ha sido valorado en distintos medios como un nuevo alarde de Rodríguez de la Borbolla, quien se muestra celoso de su independencia y exige absoluta autonomía en su ámbito. Rodríguez de la Borbolla, que ya apeó de la presidencia regional a Luis Yáñez -presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana- en el reciente congreso del PSOE andaluz, ve así ahora apartados de la ejecutiva provincial a otros dirigentes habituales en ese organismo, como Manuel del Valle, alcalde de la ciudad, y Miguel Ángel Pino, presidente de la Diputación.

La situación entre Manuel del Valle y Rodríguez de la Borbolla parece haberse vuelto algo delicada en las últimas semanas. El alcalde no asistió a la inauguración de unos nuevos almacenes que abrieron al público sin licencia municipal, y su gesto dejó un tanto en evidencia a las restantes altas personalidades políticas de la comunidad y de la provincia, entre ellas el presidente andaluz, que sí acudieron.

Rechazó la presidencia

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En el reciente congreso provincial, Manuel del Valle ha rechazado la presidencia, que le fue ofrecida por el secretario provincial, José Caballos, mano derecha de Rodríguez de la Borbolla en el control del aparato del partido. Con ello, Del Valle se definía finalmente como hombre que se propone pelear por mantenerse independiente del sólido aparato pepotista, término con el que se conoce a la organización que capitanea José Rodríguez de la Borbolla.

La paralización del plan centro, un proyecto de ordenación del tráfico en la ciudad que había comenzado a aplicarse parcialmente, ha sido otro de los puntos de desavenencia entre Manuel del Valle y Rodríguez de la Borbolla. El plan trataba de ordenar el endiablado tráfico en el casco antiguo de Sevilla, grande y tortuoso, y que no ha sido sometido a ninguna regulación de este tipo en los últimos 25 años.

El proyecto, puesto en marcha por el equipo de gobierno del Ayuntamiento, consistía básicamente en la creación de unos nuevos trayectos de entrada y salida en el casco mediante circuitos de aproximación al centro y retorno del mismo, pero impidiendo que se atravesara plenamente de parte a parte. Esta posibilidad quedaba solamente reservada a los transportes públicos.

El plan incluía cambios de direcciones en muchas de las calles de la ciudad y había comenzado a aplicarse poco a poco, hasta alcanzar un 60% del total.

El proyecto fue ampliamente criticado por los comerciantes del centro, que recientemente hicieron público un estudio según el cual han perdido ya el 40% de su actividad comercial desde la aplicación del plan. Pese a ello, Manuel del Valle había hecho público su propósito de continuar con el proyecto. Ello suponía romper un tanto con la línea política que en la Junta de Andalucía está llevando Rodríguez de la Borbolla, una de cuyas claves políticas se centra en la concertación. Fuentes próximas a ambos personajes confirmaron a este periódico que el presidente andaluz movió a algunos de los concejales del Ayuntamiento, muy adictos a él, para forzar la paralización del plan. De momento, subsisten los cambios ya efectuados y no está descartado que se complete el proyecto, tras un debate con las fuerzas políticas.

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