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España jugó ante Irlanda un partido inútil

Alex Martínez Roig

ENVIADO ESPECIALFue un error. Hubo oportunidades de marcar, se llenó el estadio balear, se vio un partido de fútbol por televisión y los jugadores cultivaron su amistad y compañerismo durante unos días. Pero fue un error. El encuentro ante Irlanda del Norte se organizó con el único objetivo de preparar la táctica que se utilizará el próximo mes en la difícil visita a País de Gales, que anoche derrotaba sorprendentemente a Escocia en Glasgow (0-1). Ése era el objetivo y ahí estuvo el error. Todo el mundo sabía que un ensayo así debía jugarse fuera de España. Contra quien fuera, pero como visitante. España pudo ganar, pero la conclusión habría sido la misma.

El griposo Miguel Muñoz cantó por teléfono la alineación. Cuando su segundo, Vicente Miera, apuntó los 11 nombres, sabía que los espectadores no iban a tener lo que deseaban. Habría hecho falta avisar a los irlandeses y decirles que, en esta ocasión, los locales eran ellos. Porque Irlanda del Norte planteó el encuentro a la defensiva, como es lógico en un equipo que mira a su alrededor y se siente en zona enemiga. Así, no sirvió de nada jugar con dos puntas, porque Clos y Butragueño tuvieron escaso margen de maniobra y muchos menos espacios libres de los que gozarán en Gales. El ensayo se planteó para un partido que deberá jugarse al contraataque y, sin embargo, Irlanda del Norte se replegó con lógica visitante y España no tuvo más remedio que intentar jugar siempre al ataque.

Además, y para colmo de males españoles, Armstrong se colocó como medio defensivo con la misión exclusiva de frenar a Gordillo. Mientras tuvo fuerzas, el irlandés del Mallorca cerró la banda izquierda, y España mostró su debilidad. Con Butragueño inmerso en la zona central para buscar balones que no le llegaban, con Gallego, Roberto y Señor perfectamente marcados por hombres que les esperaban, la preparación del encuentro ante País de Gales se fue al garete. Julio Alberto no tenía espacios; Clos demostraba su debilidad en el juego raso; Maceda y Goikoetxea repartían juego, aburridos de no tener a nadie a quien marcar. Y el público mallorquín había escondido las banderas que les habían regalado a la entrada.

Hubo oportunidades, pero hasta los minutos finales no fueron claras. Al margen de dos tiros lejanos de Gallego (minuto 3) y Víctor (48), que fueron al larguero y al poste derecho, respectivamente, el juego español se mostró incapaz de llevar a buen puerto su dominio. El propio Butragueño, que había comenzado con ambición, desapareció de¡ césped ante la imposibilidad de encontrar un buen apoyo en sus jugadas de ataque. Muchos recordaron anoche la perfecta compenetración de Butragueño y Rojo ante Luxemburgo.

En el vestuario, en la media parte, alguien debió darse cuenta de que hacer probaturas no tenía sentido. El cambio comenzó con Víctor en el centro del campo. El barcelonista, menos resacoso del triunfo liguero que sus compañeros Julio Alberto y Clos, ejerció una presión que hasta entonces había sido desconocida. Esa presión en el centro fue suficiente para romper los cómodos esquemas del equipo irlandés. Más tarde, con Goikoetxea jugando al ataque -algo que no podrá hacer en Gales- y con dos hombres más habilidosos y rompedores en punta, Rincón y Rojo, España cambió su objetivo para buscar simplemente la victoria. No llegó, porque Jennings, los postes y la mala puntería lo impidieron. Pero cerca se estuvo.

A la eficacia de la presión española colaboró el cansancio irlandés. Gordillo se cansó de centrar balones ante el agotamiento visible de Armstrong. Goikoetxea, Roberto y Rincón remataron varias veces sin que nadie les obstaculizase. Eran fuegos de artificio que no llegaron a estallar en las redes de Jennings. Mejor habría sido menos hipocresía y colocar un tercer hombre, un mediapunta, junto a los desangelados Butragueño y Clos. Al menos, las banderas no se habrían escondido.

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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