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La tecnología del vídeo, revoluciona la industria del cine

Nueva YorkLa tecnología del vídeo penetra en la inclustria cinematográfica. Aunque la mayor parte de los fabricantes de película aún prefieren trabajar con celuloíde convencional, por su imagen más nítida y su color más real, muchos están aprovechando el vídeo por sus posibilidades para la creación de efectos espectaculares y su facilidad y bajo precio.

Ésto puede alterar muchos aspectos del arte del cine, incluida la forma en que una película es concebida por escritores y directores, y podría afectar a la producción cinematográfica de una manera tan profunda como la llegada de los equipos móviles hace una generación, que permitió el rodaje en exteríores. La tecnología del vídeo promete igualmente reducir los costes pero complicará las relaciones laborales en la industria.

Un pionero de la aplicación del sistema vídeo al cine es Francis Ford Coppola, cuyas obras Rumble Fish y One from the heart están entre las primeras películas de importancia que utilizaron lo que se ha dado en llamar cinematografía electrónica. Según Coppola, la nueva tecnología permitirá pronto a los editores restar peso a los actores en la pantalla, alargar o acortar sus narices, cambiar su expresión o situarlos en lugares exóticos tocando sólo un par de botones.

Otros directores, especialmente los relacionados con el cine de ficción científica, ya han utilizado métodos de vídeo para crear efectos especiales. Estas técnicas electrónicas se pueden crear a partir de gráficas de ordenador y hacen posible la rápida -y relativamente barata- creación de efectos audiovisuales.

La técnica ha sido identificada con frecuencia con la cinta Star wars y sus numerosas imitaciones, pero no tiene por qué limitarse a este género. Varios efectos espectrales de la película Ghostbusters fueron creados en un cerebro electrónico.

Las técnicas de vídeo tienen su mayor impacto en la sala de montaje. Un creciente número de productores graba la cinta antes de montarla. Luego, trabajando sobre la cinta, pueden juntar trozos de película con sólo mover unos botones, en lugar de utilizar la técnica, más laboriosa, del montaje.

Cuando el trabajo está terminado, las imágenes son traspasadas de nuevo a la película. "Ya no tienes que estar buscando la secuencia adecuada de película, que está colgando de un hilo como si fuera ropa tendida en un patio trasero", dice Jim McGee, supervisor de producción en Centerpoint, una compañía productora independiente con sede en Los Ángeles y Nueva York.

La moviola, anticuada

"Ya no hay que procesar en una moviola. Ya no hay que contar los fotogramas. La duración de cada secuencia está registrada en el ordenador con una precisión de segundos". Este montaje por ordenador ahorra muchísimo tiempo. El montaje de un filme de 90 minutos se puede hacer en tres o cuatro días. "Antes solía tardarse tres semanas", dice McGee. En una película de 90 minutos, el productor puede ahorrarse unos 100.000 dólares.No sorprende que el sistema atraiga a los productores de películas para televisión, de bajo presupuesto. Las películas normales pueden emplear técnicas convencionales, pues el proceso electrónico supone una cierta pérdida de calidad, que aparece en las pantallas de los cines, pero es soportable en televisión. Algunos productores de cine -principalmente, Ford Coppola y George Lucas- experimentan con técnicas avanzadas de montaje electrónico que disminuyen los defectos.

Los creadores de cine tienen una evidente ansia de aprender. Sienten que el futuro de su negocio, tanto para el cine como para la televisión, depende de criterios comerciales.

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