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Tensas negociaciones en el congreso del PSUC sobre el relevo de la dirección

BarcelonaLa tercera jornada del VII Congreso del PSUC -rama catalana del PCE-, que se celebra en Barcelona, se caracterizó por una tensa negociación sobre la conveniencia o inconveniencia de repetir los resultados del VI Congreso y mantener en los puestos claves del partido -secretaría general y área de organización- a Antoni Gutiérrez Díaz y Antoni Quadras, respectivamente.

Mientras los sectores más discrepantes con la dirección saliente -que se corresponden con los antiguos leninistas- hablaban de que la reelección del secretario general suponía "una irracionalidad", la familia con más peso en este congreso -los antiguos euros- se mantenía con la estrategia de no ofrecer una alternativa a la cúspide del partido y bloquear cualquier candidatura de los minoritarios.

Los alcaldes de Sabadell y Sant Feliu de Llobregat, Antoni Farrés y Francesc Baltasar, respectivamente, posibles sustitutos de Gutiérrez Díaz al frente del PSUC por parte del sector mayoritario, continuaban ayer negándose a dar ningún paso trascendental. El prácticamente único candidato del otro sector, el portavoz comunista en el Parlament, Rafael Ribó, no encontraba apoyos suficientes.

Destacados dirigentes del partido, como Jordi Solé Tura, que en este congreso ha adoptado un comportamiento de suma discreción, opinaban que "la única solución posible para el PSUC en estos momentos es impulsar una renovación sin traumas bajo el signo del realismo". Es decir, incorporar a la dirección del partido a alcaldes, dirigentes de CC 00 y representantes de movimientos ciudadanos, estamentos donde los comunistas catalanes cuentan con una presencia real.

"Si a partir de estas incorporaciones se logra desarrollar una auténtica tarea de dirección en equipo, con o sin Gutiérrez Díaz en la secretaría general, el PSUC podría enfrentarse a la recuperación", añadió Solé Tura.

El peso de la tradición

La jornada de ayer se centró en las negociaciones, tanto en pasillos como en las delegaciones, sobre la propuesta de comité central presentada por la dirección saliente, que contiene exclusiones significativas, y en el debate de las enmiendas a las tesis programáticas.En la sesión plenaria dedicada a esta segunda cuestión, se puso en evidencia que, a pesar del común acuerdo sobre las grandes opciones estratégicas, y a la escisión prosoviética de 1981, en el PSUC aún pesan de forma notable las concepciones más tradicionales del comunismo. Así, una enmienda que proponía suprimir del proyecto de tesis el concepto de que se ha ido agotando "la carga propulsiva de los modelos de socialismo que se han realizado en la URSS y en otros países del Este europeo", aunque fue derrotada, obtuvo 68 votos a favory 48 abstenciones, frente a 312 en contra.

El congreso aprobó una enmienda a las tesis sobre la lucha por la paz en Europa, con una redacción similar a la de los laboristas británicos: desarme unilateral, frente al proyecto oficial que abogaba por el desmantelamiento simultáneo de Ios bloques militares.

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