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FASE FINAL DE LA COPA DE EUROPA DE BALONCESTO

La presencia de Drazen Petrovic, atracción del Real Madrid-Cibona de esta noche

Luis Gómez

"Espero que la afición reciba a Petrovic como se merece", manifestó en su día Lolo Sainz, técnico del Real Madrid, como queriendo resumir implícitamente el ambiente especial que reina para recibir hoy al Cibona de Zagreb (19.45, TVE 2) y, sobre todo, a su estrella Drazen Petrovic. "Procuraremos someterle a una buena defensa de anticipación para que reciba pocos balones, pero vamos a hacer nuestro juego. Espero que la presión sobre Petrovic no venga de nosotros, sino del público". Es un partido en el que, más que un equipo, preocupa un solo jugador. Comienza hoy la segunda vuelta de la fase final de la Copa de Europa. El Madrid necesita ganar los encuentros que se jueguen en su pabellón, para estar en la final.

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El ambiente ante este partido es diferente al de otros. La petición de entradas ha sido espectacular porque gran parte del público ha encontrado en la presencia de Petrovic la posibilidad de descargarse en la cancha, de recriminar a un solo jugador y, cómo no, de intentar ponerle nervioso y ayudar a destrozar su juego. Pocas veces el público del pabellón del Real Madrid se podrá sentir parte del juego, entre otras cosas porque no tiene que centrar su esfuerzo en todo un equipo, sino que ha comprendido que, en el caso del Cibona de Zagreb, puede bastar con inutilizar a Petrovic. La pitada que le espera a este jugador será impresionante.En la mente del aficionado parecen perdurar aún las imágenes de un Petrovic joven y provocador, que aplastó al Real Madrid el pasado 6 de diciembre en Zagreb con sus 44 puntos y que hizo alarde de muchas cosas, entre otras de unos desplantes y unas chulerías que sacaron de sus casillas a algunos jugadores madridistas.

Petrovic fue el protagonista de aquel encuentro por muchos motivos y demostró la suficiente inteligencia como para lograr el apoyo incondicional y constante de su público. En Zagreb, el Cibona es arrollador porque cuenta con un líder que sintoniza con el público. "Es un extraordinario jugador", llegó a decir el seleccionador Díaz Miguel, "pero es un bicho".

Así está preparado el encuentro. Sainz desea que el público ejerza la presión y que "mis jugadores se olviden de venganzas tontas sobre la cancha". Iturriaga marcará a Petrovic de salida y Del Corral, que lleva un fuerte vendaje en la muñeca derecha, estará preparado en el banquillo para seguir con esta misión.

Juego libre

"El Cibona tiene un buen equipo y practica un juego ofensivo libre, el llamado passing and game (pasa y juega), por lo que no se le pueden estudiar sistemas definidos de ataque. Fuera de casa, bajan un poco, incluso en la Liga yugoslava, aunque su mejor actuación ha sido ante el Banco di Roma, contra el que estuvieron a punto de ganar". Efectivamente, el base norteamericano Townsend solucionó, con una canasta de tres puntos a falta de tres segundos, el partido, que acabó 89-87.

En la Liga yugoslava el Cibona domina la clasificación con cierta claridad, con una ventaja de cuatro puntos sobre sus seguidores, Estrella Roja de Belgrado y Zadar Zara. En la Copa de Europa su actuación es sorprendente porque todos los equipos habían hecho sus cálculos pensando en una victoria probable en Zagreb y ha resultado ser Zagreb la cancha en la que el equipo local resuelve más claramente sus compromisos.

El Cibona ganó al Real Madrid por nueve puntos (99-90), al Maccabi por 11 (88-77) y al TSSKA de Moscú por 18 (95-77). Así, el Cibona tiene las mismas oportunidades de ser finalista que los demás equipos de la fase final, incluso superiores si se tiene en cuenta que los coeficientes de puntos parecen favorables al conjunto yugoslavo.

El equipo juega en torno a Drazen Petrovic (20 años, 1,97 metros), que es el jugador que imprime carácter al equipo y que suele sumar una importante cantidad de tantos por partido. Su hermano Alexander (25 años, 1,95 metros) es un buen acompañante, un buen tirador de tres puntos, que juega más sucio que su hermano, pero sin resultar tan descarado. Acompañan a estos jugadores hombres que son intemacionales en la selección yugoslava, como el pivot Knego, los aleros Cutura y Usic y las torres del equipo, Arapovic y Bucichevic (ambos, 2,13 metros). La diferencia en cuanto a poder reboteador favorece al Real Madrid. "No es que seamos más altos, pero sí mas. fuertes, y nuestra obligación será dominar el rebote", dice Sainz.

Defensivamente, no están a la altura de los italianos o del Real Madrid; incluso, muestran mayor debilidad que los soviéticos del TSSKA, que han mejorado en los dos últimos años en este aspecto. Sainz insiste en su teoría de que los yugoslavos no saben jugar con el marcador en contra y ése es uno de los condimentos que piensa prepararles para el partido de hoy.

El Madrid, a la vista de su triunfo en Roma, debe cuidar todos sus encuentros en el pabellón, donde recibe dos visitas consecutivas, Cibona y Maccabi. Ganando ambos, le bastaría con ganar uno de los tres partidos restantes para jugar la final.

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