El retraso de las elecciones de Galicia alterará el calendario político del Gobierno

El presidente de la Xunta de Galicia, Gerardo Fernández Albor, se convirtió ayer en la estrella de la clausura del II Congreso del Partido Demócrata Popular (PDP), al anunciar en la sede de la reunión que las elecciones autonómicas gallegas, previstas para el próximo mes de octubre, se retrasarán hasta noviembre o diciembre. El retraso puede causar una notable alteración del calendario político-electoral del PSOE.

Especialmente, el referéndum sobre la OTAN, anunciado por el presidente Felipe González para febrero de 1985, debería retrasarse, dada la obligación legal de que estas consultas se celebren al menos tres meses antes o después de cualquier comicio electoral.En la clausura del congreso del PDP, el reelegido presidente de los democristianos reiteró tanto la fidelidad de su grupo a su condición de socio de Coalición Popular como la oferta de diálogo hacia las fuerzas políticas de centro.

Pero las dos fuerzas a las que se dirige esta oferta -el Partido Reformista Democrático y el Centro Democrático Social- se acusaron ayer mismo de carecer de ideología y de soluciones, y de ser sólo "un producto de marketing político". Así, parecen haber comenzado las hostilidades entre las dos formaciones centristas, que hasta ahora habían mantenido un implícito pacto de no agresión.

La discusión política parece, en cambio, pacificarse en el PCE, cuyo secretario general, Gerardo Iglesias, dio a entender también ayer que el ex secretario general Santiago Carrillo tendrá garantizado el cumplimiento de al menos dos de las tres condiciones que puso el viernes para reconstruir la unidad del partido: que el PCE acudirá a las próximas elecciones manteniendo sus propias siglas y que no se cambiará la base marxista revolucionaria del partido. Así, quedaría por discutir el alcance de la convergencia electoral de izquierdas.

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