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Las crecientes diferencias entre Coalición Popular y el partido reformista alejan la posibilidad de un pacto

La posibilidad de un pacto preelectoral entre la Coalición Popular y el Partido Reformista Democrático (PRD), cuyo líder principal es Miquel Roca, parece ahora "más lejana que nunca", según coincidieron ayer en opinar medios dirigentes de Alianza Popular y del PRD. Este último distanciamiento, motivado por declaraciones de ambas partes, descalificadoras hacia la otra opción, provocó una irritación creciente en el partido Demócrata Popular, socio de la Coalición Popular y cuya estrategia se basa en lograr un acercamiento entre conservadores y reformistas.

Poco más de una semana antes de que dé comienzo el segundo congreso de su partido, dirigentes del PDP insisten, en privado, en que sus compromisos con AP, dentro de la Coalición Popular, no van más allá de la legislatura, abarcando tan solo al ámbito parlamentario y no, por lo tanto, a las elecciones que pudieran celebrarse en 1986 o antes de esa fecha. Ello supone que los democristianos no se consideran necesariamente ligados a AP para las elecciones autonómicas en Galicia, que tendrán lugar en octubre de este año.Gran parte de los esfuerzos de los dirigentes del PDP gallego, encabezados por el presidente de la Diputación de La Coruña, Enrique Marfani, se orientan en la actualidad a propiciar un acercamiento con la reformista Coalición Galega (CG). Pero José Rodríguez Peña, secretario general de CG, declaró hace una semana que la Coalición Popular "es el principal enemigo a batir", en las próximas elecciones, y descartó rotundamente cualquier pacto preelectoral a nivel regional con los conservadores. Por lo que se refiere al PDP, los dirigentes de Coalición Galega fueron tajantes al señalar que no habrá ningún tipo de pacto con los democristianos mientras estos permanezcan en la coalición que preside Manuel Fraga.

El propio Fraga dio ayer un paso más en el distanciamiento entre reformistas y conservadores, al declarar, a su regreso a Madrid procedente de Puerto Rico, que "si hay alguien que está prisionero del pasado, son determinados nacionalistas que no se han enterado de que estamos a finales del siglo XX".

Respuesta a un ataque

Fraga contestó así a las palabras pronunciadas la semana pasada por el presidente de la Generalitad, Jordi Pujol, durante el congreso de su partido, Convergéncia Democrática, en Barcelona, donde dijo que en España existe un vacío político y cultural gracias a una AP que es prisionera del pasado. Alianza Popular, dijo Fraga, es un partido que mira al futuro, mientras que otros siguen en sus misiones parroquiales y de pequeñas agrupaciones políticas".

Este ataque al socio mayor de la operación reformista es continuación del paso dado por el propio Fraga al apadrinar la formación de un Partido Liberal presidido por José Antonio Segurado en el seno de la Coalición Popular. Esta iniciativa fue vista como "un intento de crear nuevos divisionismos en la familia liberal" por el PRD, único partido español reconocido por la Internacional Liberal. Y, desde luego, sentó "como un jarro de agua fría" en el PDP, que ha visto como se aleja aún más la posiblidad de formar una gran asociación entre la Coalición Popular y los reformistas.

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La presencia de Segurado al frente del Partido Liberal parece contradecir los designios de una parte de la patronal, representada por José María Cuevas, presidente de la CEOE, que trata de propiciar el acercamiento entre conservadores y reformistas para centrar la Coalición Popular y ocupar un espacio político que significaría, calculan, más de dos millones de votos extra en las próximas elecciones legislativas.

Aunque los democristianos de Óscar Alzaga se esforzarán en no dar muestras públicas de la desazón que todo este panorama les produce, lo cierto es que tanto aliancistas como reformistas y el resto de las fuerzas políticas están pendientes ya de los preparativos y desarrollo del segundo congreso nacional del PDP, que comenzará el próximo día 26 en Madrid. Parece seguro que Alzaga pronunciará un discurso en el que trazará las líneas maestras de la que será la estrategia democristiana a lo largo del año preelectoral 1985.

Esta estrategia consistirá, de acuerdo con medios solventes del PDP, en "tender puentes hacia el centro" obviando en lo posible las referencias específicas a los lazos con AP. Pero tales lazos estarán presentes en todo momento: Fraga será probablemente el único invitado de otros partidos -el PRI no ha sido formalmente invitado- que pronunciará un discurso en el congreso democristiano.

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