'Nosotros, que fuimos tal felices' hace tiempo

Antes de rodar su excelente La verdad sobre el caso Savolta, Antonio Drove, deslumbrado por las fascinantes comedias clásicas norteamericanas, hizo dos intentos de adaptarlas a circunstancias españolas: Tocata y fuga de Lolita y Mi mujer es muy decente, dentro de lo que cabe, recientemente emitidas por TVE. En ambos casos, la sumisión a guiones no escritos por el propio director desplazaron sus intenciones. Fue, pues, Nosotros, que fuimos tan felices, rodada en 1976 con guión propio, la película resumen de aquellas ambiciones de Drove de remitirse al cine norteamericano.En declaraciones a Juan Cobos así lo ha confirmado: "Pretendía hacer una obra que tuviera esquema de comedia, como el Cukor de Historias de Filadelfia". ( ... ) "Hay un toque de cinismo a lo Mankiewicz, pero al mismo tiempo se intenta la ternura, aunque una y otra vez aflora la ironía". "El juego de falsos sentimientos, la profesión de mis personajes, me situaba en cierto sentido en un ambiente irrespirable en el que, al estilo de Renoir, pero con mayor amargura, intenté mezclar el teatro y la vida, pero criticándolo todo desde una perspectiva neorrealista. De aquí que el resultado sea, a veces, esperpéntico".

El juego dramático de alta comedia que la película propone fue bien interpretado por Amparo Soler Leal, Vicente Parra, Emina Cohen y Paco Algora y algo peor por el argentino Norman Briski, al que tuvieron el desacierto de doblar al castellano.

Así lo reconocieron la mayoría de los críticos, aunque no todos coincidieron en valorar tan positivamente el conjunto de la película. "No es más que un autocomplaciente ejercicio de estilo, gratuito y previsible", dijo Cartelera Turia. "El resultado final es un popurrí que no nos representa, que no nos vincula", se escribió en Triunfo.

Otros juicios fueron son más positivos. Alberto Cortina, en Guía del Ocio, dice: "Se trata de una comedia ingeniosa, llena de referencias y homenajes, y demostrativa, a pesar de sus limitaciones, de que detrás de la cámara hay un director con sentido del ritmo cinematográfico y de la mecánica de la comedia".

El año 1976 había sido el de Cría cuervos, Las largas vacaciones del 36, El desencanto, El anacoreta, Retrato de familia; es decir, el momento de despedir viejos temas y preparar un nuevo enfoque sobre la realidad española. La película de Drove fue su aportación a la búsqueda de nuevos caminos. Lo encontró mejor en su siguiente filme.

Nosotros, que fuimos tan felices se emite hoy a las 21.35 por TVE-1