El Licor 43 humilla al Barcelona
Una época acabó anoche en Santa Coloma. El Barcelona volverá posiblemente a levantar el vuelo, pero, después de las tres derrotas acumuladas en seis días, las cosas nunca volverán a ser igual. De momento, no se profundiza en la crisis porque el Barcelona tiene un partido decisivo de la Recopa, dentro de 48 horas, en Italia. Josep Maria Miralles, responsable de las secciones del Barça, dijo al acabar el partido y antes de encerrarse por espacio de más de una hora con el técnico Antoni Serra y los jugadores: "Tenemos los pies en el suelo. Estamos jugando mal, pero no habrá reuniones antes de Italia. Aunque parte de la Prensa lo quiere, no habrá dimisiones". A la salida de esa larga reunión, Miralles se ratificó en sus primeras declaraciones.La impresión que dio el Barcelona fue triste. Sus pivots norteamericanos no defendieron. Epi y Sibilio no pudieron superar sus marcajes y Solozábal falló más pases de lo habitual. En estas condiciones, con unos reservas muy poco motivados y un cuadro técnico desmoralizado, no se pueden ganar partidos. El Barcelona se arrastró anoche por el parqué de Santa Coloma para delirio de los seguidores locales.
Los rumores son malos consejeros y ayudan a desestabilizar. Cuando anoche se entraba al pabellón de Santa Coloma, todo eran rumores. Se hablaba del posible fichaje del pivot del Fórum, Steve Trumbo, por cinco temporadas; de la destitución de Serra, que iría al CAI Zaragoza, y de sus posibles sustitutos, Aito García Reneses o Jesús Codina. En estas circunstancias, con estos rumores conocidos por la plantilla, salió el Barça a la pista. La realidad era sólo una: Manuel Comas no tenía a uno de sus titulares, Miguel Pou, en cama con fiebre, y se la tenía que jugar con un semidesconocido llamado Carlos Pérez.
Pérez anuló a Howard. Se hizo con seis rebotes oportunísimos y cometió pocos errores. No debió de ser fácil el trabajo de mentalización al que le sometió Comas en las ultimas horas. Junto a este nuevo coloso, un Phillips intratable, la dirección de Costa y el acierto del desenmascarado Dykema. Por si fuera poco, Agustín Cuesta no tuvo anoche las manos frías como ante la Jolly y sumó una serie de 9 de 10. Todos lo bordaron ante un pabellón repleto.
No tardó nada el Licor en irse en el marcador. Su ventaja en el descanso era de 55-44. El Licor estaba muy seguro en el tiro y sus marcajes al hombre eran efectivos. La segunda parte fue un festival local, mientras el Barcelona solo sumó 12 canastas de 33 intentos. Jugadores como Davis, que empezaron dando moral al equipo, estaban totalmente hundidos. En medio de este desconcierto visitante, el Licor se sumergió en una orgía de canastas y rebotes. La ventaja siempre aumentó hasta esos humillantes 36 tantos.
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