Voto de castigo del PNV de Guipúzcoa al candidato a 'lendakari'
Por abrumadora mayoría, las bases del Partido Nacionalista Vasco (PNV) de Guipúzcoa retiraron en la madrugada de ayer, en la localidad de Zarauz, la confianza en la dirección provincia¡ del PNV y desautorizaron la labor política del diputado general y candidato a lendakari José Antonio Ardanza. La censura de las bases supone para el sector de Carlos Garaikoetxea un importante triunfo que refuerza sus posibilidades de tener acceso a los máximos organismos de dirección del partido.
La votación de la asamblea deslegitima asimismo a los actuales dirigentes nacionalistas de Guipúzcoa; entre ellos, a Román Sudupe, presidente de la ejecutiva provincial y del propio Consejo Nacional del PNV. Por decisión de la propia asamblea provincial, que se inició pasadas las ocho de la tarde del viernes y fue clausurada a las seis de la mañana de ayer, Román Sudupe y el resto de la ejecutiva provincial permanecerán provisionalmente en sus puestos hasta las elecciones para la renovación de los organismos de dirección provinciales, que deben celebrarse dentro de tres semanas.
El resultado de las votaciones (136 votos frente a 52) refleja probablemente la relación de fuerzas existente en Guipúzcoa entre los partidarios de las tesis de Carlos Garaikoetxea y quienes defienden las decisiones adoptadas recientemente por el aparato del partido. Si se reprodujera esa misma relación en las próximas elecciones internas provinciales, el sector de Garaikoetxea estaría ampliamente representado en la asamblea nacional -que asigna 15 puestos a cada provincia-, coparía los tres cargos que corresponden a Guipúzcoa en el Consejo Nacional y controlaría cómodamente la ejecutiva provincial, además de colocar a hombres de su confianza en los tribunales internos.
La asamblea rechazó la dimisión presentada por los miembros de la dirección provincial inmediatamente después de que les fuera retirada la confianza de las bases. Los resultados de la asamblea de Zarauz tendrán repercusiones en Álava y Navarra, provincias en las que los partidarios de Garaikoetxea no poseen representación en los máximos organismos de dirección, pese a contar con el apoyo de la mayoría de los afiliados y militantes.
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La dirección guipuzcoana del PNV se mantiene provisionalmente
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Los futuros representantes guipuzcoanos en la Asamblea Nacional (máximo órgano de dirección) acudirán a este organismo con dos reivindicaciones: amnistía para los militantes navarros y convocatoria de un congreso. El origen del conflicto son las disputas entre los dos sectores enfrentados (partidarios de Garaikoetxea, por un lado, y foralistas por otro) sobre el mayor o menor poder político de las diputaciones vascas frente al Gobierno autónomo.
"La gestora de Navarra", afirman los partidarios de Garaikoetxea, "no podrá mantenerse indefinidamente en esta situación, y cualquier intento por su parte para designar una nueva ejecutiva provincial no hará sino prolongar el ridículo de unas personas que se representan exclusivamente a sí mismas y que, por su número, ni siquiera pueden ocupar todos los cargos provinciales".
Con la entrada de los partidarios guipuzcoanos de Garaikoetxea en la Asamblea Nacional y en el Consejo Nacional, las bases nacionalistas navarras expulsadas del partido dispondrán de un aliado en los órganos de dirección y de la posibilidad de hacer valer su representatividad a medio plazo.
La ejecutiva guipuzcoana y la misma presidencia del Consejo Nacional (ambas, del sector foralista) se encuentran ahora, tras la asamblea de Zarauz, en una situación atípica, no recogida en los estatutos del partido. Han sido destituidos por su partido y permanecen provisionalmente en sus puestos en una situación similar a la que mantiene el propio Gobierno de Garaikoetxea hasta que el foralista José Antonio Ardanza sea votado como nuevo presidente vasco. Completando la paradoja, Imanol Murúa, un hombre próximo al actual lendakari en funciones, sustituye a Ardanza al frente de la Diputación de Guipuzcoa, en un momento en que los foralistas entran en el Gobierno vasco.
Los representantes de las bases guipuzcoanas no exigieron formalmente la dimisión de la ejecutiva provincial para evitar que ésta, esgrimiendo los estatutos internos, planteara la formación de una comisión instructora que tardaría semanas en pronunciarse. Los apoderados decidieron aprobar la retirada de la confianza (como hizo a su vez hace unas semanas la dirección del partido, foralista, respecto de Garaikoetxea), que implica efectos políticos parecidos a la destitución, y plasmar en una votación la representatividad de sus planteamientos.
Román Sudupe, presidente del Consejo Nacional del PNV y de la dirección guipuzcoana, afirmó, al término de la asamblea, que ya no se sentía presidente de la ejecutiva provincial -cuyos componentes, no obstante, recurrirán ante los tribunales del partido las asambleas previas que eligieron los actuales apoderados-; pero al mismo tiempo indicó que él y sus compañeros de la dirección siguen manteniendo el poder en Guipúzcoa.
Para evitar falsas interpretaciones, y en un gesto de deferencia al candidato a lendakari, los representantes de las bases no retiraron la confianza a José Antonio Ardanza a esos efectos, aunque sí descalificaron su labor política. Esta propuesta fue aprobada con menos votos que las anteriores: 115 frente a 59.
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