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Reportaje:1985: empieza la cuenta atrás para las elecciones / 1

La 'operación conservadora' auspiciada por José María Cuevas se iniciará formalmente el 15 de enero

El año que está a punto de comenzar significará una fuerte conmoción interna en la estructura de los partidos políticos españoles; los congresos del PCE -diciembre de 1983-, de AP -enero de 1984- y el recientemente concluído 30º congreso federal del PSOE no han significado sino el inicio de un auténtico seísmo que culminará en 1985 y que afectará a todo el espectro político, de la derecha a la izquierda. Las operaciones políticas han comenzado a multiplicarse con la vista puesta en las próximas elecciones generales, que según algunos serán adelantadas y pueden tener lugar a finales del año próximo y, según otros, no se celebrarán en ningún caso antes de mayo de 1986.El segundo congreso del democristiano Partido Demócrata Popular (PDP), que se celebrará los próximos días 26 y 27 de enero, significará el primer paso formal de una operación política a la que sus inspiradores atribuyen una gran envergadura y que se iniciará el 15 de enero: la remodelación de la derecha de manera que una formación conservadora pueda constituir, quizá ya en 1986, una alternativa válida para el socialismo. Algo que, según admiten todos privadamente, hoy resulta por completo impensable.

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El mundo empresarial se halla fuertemente involucrado en esta operación, de perfiles no completamente definidos, a la que unos califican como operación Cuevas y otros simplemente como intentos de buscar un sustituto para Manuel Fraga.El 15 de enero es la fecha teóricamente prevista para la realización de un macrosondeo de opinión que defina, entre otras cosas, el perfil del candidato idóneo para la derecha. Entre los nombres que se sugerirán a los preguntados figurarán, junto al de Fraga, los de Óscar Alzaga, Marcelino Oreja Alfonso Osorio y Miquel Roca.

El inspirador de la idea, José María Cuevas, presidente de la CEOE, dirigió hace algunas semanas una nota sin firmar a algunos de los citados en la que les daba cuenta de estos y otros planes y sugería, en términos especialmente delicados, la conveniencia de iniciar una labor de aproximación entre los involucrados, es decir entre la Coalición Popular de Fraga y Alzaga y el Partido Reformista Democrático de Miquel Roca Adolfo Suárez no era citado en la nota, que sí se refería, en cambio, al Partido Nacionalista Vasco y a Convergencia Democrática de Catalunya. Se sugería así una operación muy similar a la insistente mente pregonada desde la portada de un periódico conservador madrileño.

El tercer partido

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Las interpretaciones a este gesto del presidente de la patronal fueron variadas, según se tratase de uno u otro sector de la derecha o del centro.

Algunos medios de Alianza Popular creyeron ver un primer paso hacia la sustitución de Manuel Fraga, públicamente incontestado en AP, aunque sí en otros ámbitos de la Coalición Popular, y que, para colmo, mantiene un diálogo escasamente fluido con Cuevas -a quien se atribuye una cierta representatividad del mundo empresarial e incluso bancario para iniciar este tipo de sondeos políticos-. Otras fuentes aliancistas mostraron cierto recelo, entendiendo que la comunicación empresarial podría contener tácitas amenazas, en el sentido de que la financiación preelectoral podría quedar notablemente restringida caso de no lograrse el ansiado pacto derecha-centro. En el PDP se acogió con indisimulado alborozo la iniciativa empresarial.

Pero medios del PRD de Roca rechazan de plano las sugerencias contenidas en la nota: "No iremos nunca en un pacto preelectoral con Coalición Popular", dijo el secretario general del Partido Reformista, Florentino Pérez, quien no dudó en tildar de "descabellada" la operación. Pérez, que rechazó la clasificación de centro-derecha para el PRD, consideró "perjudicial" cualquier tipo de coalición con los populares. Otras fuentes reformistas mostraron la coincidencia entre la fecha del 15 de enero propuesta por Cuevas y la terminación del congreso de Convergencia Democrática de Catalunya, entendiendo que, tras todo ello, se trata quizás de implicar al propio Jordi Pujol en los intentos de construcción de un frente estatal antisocialista. En este marco, se celebra el segundo congreso del PDP, partido que -al igual que el CDS de Adolfo 5Úárez y el PRI) de Roca- asegura- ser el tercero en importancia entre las formaciorics políticas españolas, tras el PSOE y AP.

Alzaga ha logrado aglutinar a la práctica totalidad de las familias democristianas dispersas, ha conseguido una cierta implantación territorial (oficialmente aseguran contar con 27.000 afiliados, aunque en realidad, según fuentes contrastadas, no sobrepasen los 17.000) y trata de convertirse ahora en el interlocutor privilegiado en los contactos para el alargamiento hacia el centro de la Coalición Popular. Para ello los hombres del PDP no han dudado en contribuir al desmoronamiento de la que se pretendía "tercera pata estatal" de la coalición, la Unión Liberal de Pedro Schwartz.

Crecimiento por el centro

Al tiempo, Alzaga intensificaba sus contactos con Miquel Roca, asegurando privadamente que el entendimiento con los reformistas es prácticamente un hecho y que las cosas se decantarán por sí solas a medida que se aproxime la fecha de las elecciones generales "Una cosa es lo que se dice en diciembre de 1984 y otra muy distinta lo que se dirá en diciembre de 1985". Algo que los hombres de Miquel Roca rechazan de manera enérgica, reiterando su decisión de ir en solitario a las elecciones "Queremos que el PDP cumpla sus compromisos con AP".

Teóricamente al menos, el con greso de¡ PDP -que se celebrará bajo el lema de Otra política, otro futuro- no ofrecerá ninguna novedad digna de mención: ni relevos en los altos cargos ni ponencias que signifiquen un giro radical en la estrategia tradicionalmente seguida por los democristianos. Ni, por supuesto, nada que signifique una alteración sustancial en el papel desempeñado por el PDP dentro de la Coalición Popular, aunque el Partido Demócrata Popular tratará a lo largo de 1985 de potenciar una opción específicamente democristiana.

No obstante, existe ya una gran expectación por conocer los términos del discurso que pronunciárá Alzaga -cuyas cotas de popularidad suben, según los sondeos- en la ceremonia de apertura del cita-do congreso. Nadie duda de que Alzaga hará un llamamiento al crecimiento por el centro de la Coalición Popular, algo en lo que Fraga parece estar de acuerdo: la coalición, en sus actuales términos puede ser insuficiente, dijo el líder de AP tras un reciente discurso en el Club Siglo XXI, acto que pretendía ser el inicio de un nuevo relanzamiento pero que, pese a su carácter multitudinario, contó con significativas ausencias dentro del mundo conservador.

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